Gerardo Dottori - La Corsa - 

" En verdad, nada hemos traído a este mundo,
ni cosa alguna podremos llevarnos de él.
                                              Timoteo 6:7

"Todos aquellos a los que Moisés llama sabios
están representados como personas que pasan la temporada.
Sus almas son colonos que abandonan el cielo
en busca de un nuevo hogar.
Su método  es visitar la naturaleza terrenal 
como hombres que viajan al exterior para ver y aprender.
Cuando han permanecido un tiempo en sus cuerpos y
 han contemplado a través de ellos todo aquello que los sentidos y 
la mortalidad tenían para mostrar,
tal vez retomen su camino de regreso 
al lugar desde donde primero partieron.
Para ellos, su tierra natal es la región celestial
en donde se encuentra su ciudadanía;
y el país extranjero es la región terrenal
en la cual pasaron una temporada".
                                          Filo Judea ( hacia el 25 a.C.)

El Cuerpo

Algunas definiciones sobre cuerpo brindadas por pensadores del pasado incluyen:
Gerardo Dottori, City on fire (1926)

" Algo hecho de jirones y remiendos, 
prestado desigualmente por ancestros buenos y malos 
y mal adaptado desde el comienzo".
                                         Ralph Waldo Emerson


" Sólo una cárcel ".
                                     Mohandas Gandhi


"Un manojo de dolores, añorando un descanso ".
                            Edma St. Vincent Millay


"Una aflicción del alma... una carga, una necesidad,
una cadena fuerte y un castigo que atormenta". 
                                            Palladas


" La tumba del alma".
                         Platón


                       "No es un hogar sino una posada - y sólo por breve tiempo".
 Séneca


De acuerdo a Un Curso de Milagros, el cuerpo es:

" el hogar que el ego ha elegido para sí ".
                                               T-4.V.4:1

" sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico " .
                                                                     T-2.IV.3:8

"un medio, no un fin".
                    T-19.IV (B).I.105

"algo externo a ti, y sólo da la impresión de rodearte".
                                                             T-18.VI.9:1

"un límite que se le impone a la comunicación universal,
la cual es un atributo eterno de la mente".
                                                 T-18-VI.8:3

"el personaje central en el sueño del mundo".
                                                 T-27.VIII.1:1

"aparenta ser el gran traidor de la fe".
                                             T-19-IV(B).I.11 :4

"una diminuta cerca que rodea a una pequeña
parte de una idea que es completa y gloriosa".
                                               T-18.VIII.2:5

"es un límite que se le impone al amor".
                                    T-18.VIII.1:1-2

"el arma predilecta del ego para obtener
poder mediante las relaciones que entabla".
                                        T-20.VI.4:3

"No es nada".
                T-19.IV.(C).1.5:5

Gerardo Dottori - Lago Alba  -
El ego considera  considera al cuerpo como una realidad, sin embargo también sabemos que no es nuestro hogar. El Curso expresa que el cuerpo es la forma del pensamiento de separación proyectado por la mente. Esto nos deja confundidos: ya que de alguna manera sabemos que no somos cuerpos y sin embargo la confirmación que somos cuerpos es profusa.

Sintiendo que el cuerpo limitaba al espíritu, algunos de los primeros gnósticos y místicos medievales hicieron lo indecible para negar el cuerpo: usaron cilicio, se sentaron a la intemperie bajo la inclemencia del tiempo, se flagelaron y ayunaron casi hasta morir. Todo esto no fue sino un intento de escaparse del cuerpo si bien habían, irónicamente, que el cuerpo  fuera su objeto principal de preocupación. En el otro extremo se encontraban los librepensadores quienes, además de sostener que el cuerpo no tenía nada que ver con el espíritu, pensaban que podían hacer lo que quisiesen y entregarse a excesos corporales y extravagancias. 

El ego busca seguridad en el cuerpo y trata, por todos los medios posibles, de encontrar lo eterno a través de él Vivimos en una época de modas y de glamour, de estiramientos faciales y criogénicos. Con extrema facilidad quedamos fascinados con el cuerpo y con nuestro "semblante". Cada  mañana, lo primero que hacemos es ir al espejo y confirmar nuestra realidad como  cuerpo. Luego  procedemos a su aseo y tratamos de hacerlo lo más atractivo posible a la vista de otros cuerpos. Si estamos enfermos, obesos o de alguna manera nos sentimos feos, bien podemos llegar a odiar el cuerpo, sintiendo que no es lo suficientemente bueno como hogar.

Y aunque sabemos que el cuerpo no es eterno, salimos en  búsqueda de pactos o hacemos de cuenta que viviremos para siempre. Tal como mi amigo Rabbí Gelberman dice jocosamente sobre la muerte: "¡Yo no!". También tratamos de fabricar la eternidad en objetos u otros cuerpos, como en los niños, libros, arte e instituciones. Edificamos mausoleos para nuestros cuerpos o le ponemos nuestros nombre a edificios y calles con una " lapidaria " esperanza de alcanzar algo de inmortalidad terrenal.

Los Apetitos  No  Provienen Del Cuerpo

" El espíritu está dispuesto,  pero la carne es débil".
                                                           Mateo 26:41

Sin importar cuánto quisiéramos culpar al cuerpo. el Curso expresa que la lujuria no proviene del cuerpo. De hecho, ninguno de los denominados "apetitos" proviene del cuerpo.


"Los apetitos son mecanismos para "obtener"
que representan la necesidad del ego de ratificarse a sí mismo.
Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales
como en el de las llamadas "necesidades más elevadas del ego".
El origen de los apetitos corporales no  es físico.
El ego considera al cuerpo como su hogar, 
y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él.
Pero la idea de que eso es posible es una decisión de la mente,
que está completamente confundida
acerca de lo que realmente es posible".
                                           T-4.II.7:5-9


Es importante comprender que todo lo que ocurre, ocurre dentro del dominio de la mente. El Dr. Wapnick señala con insistencia que si bien podemos pensar que es el cuerpo quien está al mando y nos da las órdenes, en realidad es  la mente, el tomador de decisiones, quien siempre está al mando. 
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El Cuerpo no puede morir


En un pasaje, Un Curso de Milagros dice:

"No hay ni un solo instante en el que el cuerpo exista en absoluto".
                                                                          T-18.VII.3:1

A primera  vista, esta frase no parece tener sentido, pues si hay una cosa que parece obvia es el cuerpo. Pero tal vez notes que siempre decimos "nuestros Cuerpos", denotando que sólo somos los poseedores del cuerpo y no el cuerpo en si.

Permítanme proponer una analogía que puede ser útil. Digamos, por ejemplo, que no hay un  solo momento en el que tu coche exista. Podríamos ir más lejos y decir que no hay un solo momento en el que el mundo exista, pero mejor comencemos con un objeto pequeño.

Sin lugar a dudas, el automóvil - que es una cosa de metal, con asientos en su interior, un motor adelante, ruedas en las cuatro esquinas y que se emplea como medio de locomoción para transportar nuestros cuerpos en este mundo - sí parece existir. Incluso hablamos de " la vida de un coche ", que representa la cantidad de años que podrá funcionar hasta que ya no sea capaz de transportarnos.

Pierre Teilhard de Chardin, sacerdote jesuita francés; consideraba que una de las definiciones de vida podía entenderse como algo que se movía. Este sacerdote pensaba que todas las cosas tenían vida  ya que   están hechas de átomos que a su vez están compuestos por electrones y neutrones "moviéndose´" uno alrededor de otro en el espacio. Dado que los átomos se mueven, deben tener alguna especie de energía  "interna" que los  impulse.

Si desde un gigantesco telescopio ubicado en un lejano planeta observásemos la Tierra, bien podríamos divisar " seres parecidos a un coche" desplazándose alrededor del planeta por caminos que han sido trazados para ellos y parecería que se mueven con algún sentido y propósito.

Incluso podríamos distinguir una cantidad de " razas", " clanes " o " tribus " de coches.

Incluso podríamos distinguir una gran variedad de formas, tamaños  y aparentes funciones.

Incluso podríamos distinguir clases especiales de automóviles con capacidad de volar por el aire o flotar y nadar bajo el agua.

Incluso podríamos distinguir además que estos autos " comen " o " beben " una especie de líquido que aparentemente les da energía. A veces, parece como si descansaran. Y en algún momento, parecen morir.

Ahora bien, cuando un coche " muere " - cuando ya no tiene la capacidad de transportar, cuando su  utilidad se extinguió y ya no sirve a ningún propósito - es transladado a un " cementerio  " donde, a su debido tiempo, ingresa dentro de una gran máquina compactadora. El bloque de metal resultante se dispone dentro de un gran crisol donde el acero es separado  del aluminio, el desperdicio es incinerado, el acero residual se mezcla con más acero y el producto de todo este reciclado es una plancha de metal que puede ser utilizada nuevamente en otro coche. De hecho, los autos son los productos que más se reciclan.

La cosa material de por sí no es lo que constituye la vida. Aunque de hecho podríamos decir, "Mi coche murió " está claro que nunca estuvo " Vivo ". Aunque la idea parezca rara,  no sería posible que lo mismo sucediera con nuestros cuerpos ?

Por un tiempo, "conducimos " nuestros cuerpos, y luego también comienzan a envejecer. Una vez escuché al Dr. Joseph Campbell platicar acerca de cómo llegar a una edad avanzada haciendo una analogía con un automóvil viejo. Un buen día, observas que los cambios son más lentos, que el guardabarros se abolla, que el tubo de escape comienza a estrangularse, y  que en general, el auto tienen menos aceleración. El Dr. Campbell señaló que, con mayor  certidumbre, había dejado de pensarse como un cuerpo, para comenzar a experimentarse a sí mismo como la conciencia que animaba al cuerpo.

Naturalmente es posible que, con los cuidados adecuados, conservemos el buen estado de nuestros coches por mucho tiempo.  Podemos reemplazar el guardabarros abollado, poner el motor a punto y mejorar la imagen en general.

De la misma manera, podemos someternos a estiramientos faciales y otras operaciones para mejorar la imagen general del cuerpo. Y el período que transitamos en el cuerpo bien puede guardar correlación con la forma en  que lo cuidamos. No pondríamos limonada en el tanque de combustible del coche y esperar que funcione bien. Tampoco pondríamos gasolina en nuestros cuerpos y esperar que funcione bien. Hemos aprendido que hay ciertos lubricantes que son mejores que otros para el funcionamiento de un auto, al igual que hay ciertos alimentos que son mejores que otros para el funcionamiento del cuerpo. Tal vez sea sorprendente que algunos de nosotros le dediquemos más o mejor atención al cuidado y mantenimiento de nuestros autos que a la salud de nuestros cuerpos. 

Cuando la utilidad de un auto se agota y vuelve a fundirse, cabe que nos formulemos la siguiente pregunta: ¿ Existió alguna vez el auto ? Pareció existir por un tiempo. Incluso parecía tener un "cerebro", es decir que había algo que lo hacía ir en una u otra dirección.

Hubo una vez alguien que pensabas como tu tatarabuelo. Ciertamente ese ser, como ser corporal, ya no existe. Es más, los  átomos de carbono que componían ese cuerpo ya no existen tal como una vez lo hicieron y tampoco importa que ya no existan.

Nuestros cuerpos tienen tanta vida como nuestros autos. Simplemente representan las manifestaciones temporales de formas de carbón altamente complejas, que tienen el poder de moverse. Sin embargo, el Curso señala que la vida no es del cuerpo. Por lo tanto la muerte no  existe, pues no puede morir aquello que, en primer lugar, nunca estuvo vivo.


El cuerpo es tan incapaz de morir como de sentir.
No hace nada.
De por sí no es ni corruptible ni incorruptible. No es nada.
Es el resultado de una insignificante y descabellada
idea de corrupción que puede ser corregida ".

                                        T-19.IV (C).5.2:6

Nuestros coches pueden aparentar tener vida: incluso podemos ponerles nombres y desarrollar apegos emocionales con ellos. Sin embargo, el auto nunca estuvo vivo, el auto no está vivo. De la misma manera, nuestros cuerpos no son aquello que compone la vida.  La vida es del espíritu.  Por un breve período, en este sueño, el Espíritu parece ser conducido o esta " atrapado " por un cuerpo.

 Visto con los ojos del cuerpo, la muerte es atemorizante, pues se asemeja al fin. Pero no puede haber fin para aquello que no tuvo comienzo.  Los personajes del sueño, ¿ existen fuera de la mente del soñador ? ¿ De veras existen los personajes de caricaturas o de ficción de una novela o película ? Ruth Murphy, nuestra asistente, suele traer al trabajo a su hijo  Kenny de dos años. Mientras trabajamos, Kenny se queda sentado mirando dibujos animados. Muchas veces habla de los p ersonajes como si estuvieran vivos. "Mamá, ¡ mirá a Barney ! " . Para Kenny, Barney, Baby Bop y BJ son reales.

Cuando  yo era niño tenía un  muñeco de trapo llamado Joe, por el boxeador Joe Lewis. Loe todavía está sentado en mi biblioteca. De niño pensaba que Joe estaba vivo. De vez en cuando suelo hablar con Joe como si estuviera vivo: es decir, le hablo al espíritu del muñeco que durante muchos años me ha amado incondicionalmente. Pero yo sé que no  hay vida en el objeto material en sí.

Es fácil quedar atrapado en la vida del cuerpo. Es fácil quedar atrapado en la vida del ego  como si esa vida fuese de alguna manera real. El Curso no ayuda a ver que sí existe una vida real, pero que no tiene nada que ver con nuestros cuerpos.

Para describir el cuerpo, el Dr. Wapnick aplica la analogía de una marioneta. Si la observas moverse en el escenario, parece como si tuviera vida, sin embargo sabemos que en la marioneta no existe vida. Alguien está manipulando los hilos.

El espíritu es aquello que está vivo - lo único que realmente está vivo - no el cuerpo en sí. La mente, en términos de Un Curso de milagros, es el agente activador del espíritu.

No puedes morir pues sólo existe vida. Los  átomos de carbono que componen el cuerpo un día se reciclarán de nuevo en la tierra tan ciertamente como el metal de nuestros coches será reciclado y convertido en acero otra vez . Pero a ti no te habrá ocurrido nada.

Según el Curso, las creaciones de Dios son indestructibles. Es obvio que el cuerpo es destructible, mas lo que es eterno no puede ser destruido. Aunque no cabe duda que los objetos materiales puedan ser destruidos, el Espíritu no.

  " El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser.
Es a todas luces un mecanismo de separación y, 
 por lo tanto, no existe ". 

                   T- 6.V  (A).2:2

Descubriendo 
Un Curso de Milagros
Dr. Jon Mundy











          









       


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