Marc Chagall- La branche-
. . . Yo proyecto sobre toda la gente de mi mundo mi propia culpa. Proyecto la culpa de mi película hacia las pantallas de estas personas y veo mi propio pecado y culpa en todos los demás.

La razón por la cual hago eso, repito, es porque estoy siguiendo la lógica del ego que asevera que ésta es la forma para zafarme de mi culpa. Ahora, no hay forma como yo pueda manejar mi propia culpa solo. No hay forma de mirar la culpa a la cara y vivir, sería  un pensamiento demasiado devastador. Pero la misma cosa que el ego ha utilizado para atacarme reforzando mi culpa con la apariencia de que la suelta - este mismo mecanismo de   ubicar mi culpa fuera de mí - me da la oportunidad de soltarla. Ver en ti la culpa a la cual no puedo enfrentarme me da la oportunidad de soltarla. Y eso es el perdón, simple y llanamente. Perdón es deshacer la proyección de la culpa.

Repito,  proyectar la culpa que  no puedo manejar y soltarla hacia la pantalla que eres tú, me da la oportunidad de mirarla y decir, ahora la puedo ver en forma  diferente. Los pecados y culpa que paso por alto y perdono en ti son realmente los mismos pecados y  culpa de los cuales me considero responsable. Esto tiene que ver con el contenido del pecado, no la forma, lo que puede ser bastante diferente. Al perdonarlo en ti lo que estoy haciendo, en efecto, es perdonándolo en mí. Esta es la idea clave de todo el Curso. De esto es realmente de lo que tratan todas estas palabras:  proyectamos nuestra culpa hacia otras personas, así que cuando escogemos mirar a esa persona como el Espíritu Santo nos indica que la miremos - a través de la visión de Cristo - eso nos permite cambiar nuestro pensamiento sobre nosotros mismos.

Lo que he hecho es proyectar mi propia obscuridad en ti para que la luz de Cristo en ti se obscurezca. Al tomar la decisión de decir que no estás en la obscuridad - verdaderamente estás en la luz, que es la decisión de soltar la obscuridad que he colocado en ti - estoy realmente tomando la misma decisión acerca de mi. Estoy diciendo que la luz de Cristo brilla no sólo en ti sino también en mí, y en realidad, es la misma luz. Esto es el perdón.


Marc Chagall Le bouquet de Paris
Entonces, lo que esto quiere decir es que debemos estar agradecidos por cada persona en nuestras vidas, especialmente aquellas con quienes tenemos más problemas. Las que más odiamos, las que encontramos más desagradables, con quienes sentimos más incómodos, son aquellas que el Espíritu Santo nos ha " enviado" y que puede usar para demostrarnos que podemos escoger otra cosa respecto a aquellos a quienes estábamos tentados de proyectarles nuestra culpa. Si esas personas no hubieran estado en la película y en la pantalla de nuestras vidas, no sabríamos que esta culpa está verdaderamente en nosotros. Por lo tanto, no tendríamos la oportunidad de soltarla. La única oportunidad que tenemos de perdonar nuestra culpa y de liberarnos de ella es viéndola en alguien más y perdonándola allí. Al perdonarla en esa otra persona la estamos perdonando en nosotros mismos. Repito, en esas pocas líneas está la suma y substancia de Un curso de milagros.


Marc Chagall - The Painter To the Moon. 1917.
Entonces, el perdón puede ser resumido brevemente en tres pasos básicos. El primer paso está en reconocer que el problema no está allá fuera en mi pantalla. El problema está dentro, en mi película. El primer paso di ce que mi furia no está justificada, aun cuando siempre me dice que el problema está fuera de mí en ti, y que tú debes cambiar para que  yo no tenga que cambiar. Así, el primer paso dice que el problema no está fuera, que más bien está dentro de mí. La razón por la cual este paso es tan importante se debe a que Dios colocó la Respuesta al problema de la separación dentro de nosotros; el Espíritu Santo no está fuera de nosotros, el Espíritu Santo está dentro de nosotros, en nuestra mente. Al sostener que el problema está fuera de nosotros, lo que hace la proyección, estamos manteniendo el problema alejado de la respuesta; esto es exactamente lo que quiere el ego, porque si el problema del ego lo resuelva el Espíritu Santo entonces no hay más ego.

El ego es muy engañoso y sutil al hacernos creer que el problema está fuera de nosotros, bien sea en otra persona - nuestros padres, maestros, amigos, esposos, hijos, el presidente - o en la bolsa de valores, el clima, hasta en Dios Mismo.

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Ahora el segundo paso, que es el más difícil, el paso que todos en el mundo quisiéramos evitar, consiste
Marc Chagall  Bonjour Paris 
en manejar esta película, nuestra propia culpa. Eso, repito, es el porqué tenemos una inversión tan fuerte en justificar y nutrir esta ira y ataque, y en ver al mundo dividido en buenos y malos. Mientras hagamos eso no tendremos que manejar este segundo paso, que es mirar nuestra propia culpa y todos los sentimientos de odio que tenemos hacia nosotros mismos.

En el primer paso digo que mi furia es una decisión que tomé para proyectar mi culpa. Ahora en el segundo paso digo que esta misma culpa también representa una decisión .  Representa la decisión de verme culpable en vez de libre de culpa. Mas bien, debo reconocer que soy un Hijo de Dios en vez de un hijo del ego, que mi verdadero hogar no está en este mundo sino en Dios. No podemos hacer esto en tanto no miremos nuestra culpa y admitamos que esto no es lo que realmente somos. No podemos decir esto mientras no miremos a alguien más y digamos, " Tú no eres lo que hice de ti; tú eres realmente lo que Dios creó . "
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Así que el segundo paso es estar dispuesto a mirar nuestra culpa y admitir que nosotros la hicimos, que la culpa no representa el regalo de Dios para nosotros sino nuestra decisión de vernos como dios no nos creó.  Esto es vernos como hijos de la culpa en vez de hijos del Amor. Un curso de milagros es bien claro al hacer énfasis en que debido a que hicimos la culpa no somos nosotros quienes la podemos deshacer. Necesitamos ayuda externa al ego para poder deshacerla. Esta ayuda es el Espíritu Santo. Y lo único que podemos escoger es invitarlo para que corrija el sistema de pensamiento del ego y que nos quite la culpa. Este es el tercer paso. El segundo paso, en realidad, le dice al Espíritu Santo: " Ya no quiero verme culpable : por favor quítame la culpa. " El tercer paso le pertenece a Él y sencillamente quita la culpa porque , en realidad, ya la ha quitado. El único problema es que nosotros lo aceptemos.

Así, replanteando los tres pasos: El primer paso deshace la ira proyectada al admitir que el problema no está fuera de mí: el problema está dentro de mí. El segundo paso dice que el problema que está dentro de mí es uno que yo forjé y que ya no quiero. El tercer paso se toma cuando se lo entregamos al Espíritu Santo y El se hace cargo del mismo.

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Permítanme ahora hablar específicamente de cómo  es que funciona esto. Y aquí vemos cómo Jesús y
The Red Bird  by Marc Chagall
el Espíritu Santo nos piden que manejemos las situaciones que se presentan en nuestras vidas. Digamos que estoy aquí sentado tal como estoy, tratando de atender los asunto de mi Padre y alguien entra y me insulta o me lanza algo. Asumamos por ahora que mientras estoy aquí sentado, no estoy en mi mente correcta. En otras palabras, creo que soy un ego. Me siento temeroso y culpable y no creo que Dios está conmigo: realmente no me estoy sintiendo muy bien conmigo mismo. Ahora tú entras y empiezas a gritarme, a enfurecerte conmigo, acusándome de todo tipo de cosas. En cierto nivel, puesto que soy culpable, creeré que tu ataque contra mí está justificado. Esto no tiene nada que ver con lo que digas o no digas, o si lo que estás diciendo es verdad. El hecho de que ya soy culpable demanda que yo crea que debo ser castigado y atacado.  Tú entras y haces justamente lo que creo que me merezco. Esto hará dos cosas. Primero, tu ataque contra mí reforzará toda la culpa que ya siento. Segundo, reforzará la culpa que tú ya sientes porque no me estarías atacando si no fueras culpable. Y el mismo hecho de que me atacas reforzará tu culpa.

Es esta situación no voy a quedarme aquí sentado a recibir tu ataque sin ofrecer resistencia. Haré una de dos cosas, las cuales son lo mismo. Una es que me iré a un rincón y lloraré y te diré que mires lo mal que me has tratado, que mires todo el sufrimiento que me has ocasionado, que mires lo miserable que me siento; y que deberías sentirte responsable de esto. El  mensaje que estaría dando es: debido al daño que me has hecho ahora estoy sufriendo. Es mi forma de decirte que deberías sentirte bien culpable por lo que has hecho. La otras forma cómo haré la s misma cosa es contra-atacándote. Simplemente te insultaré llamándote todos los nombres del libros y te diré: " Y tú de donde sales insultándome es esa forma; eres realmente el malvado, etc. "


Estas dos defensas de mi parte son realmente formas de hacer que te sientas culpable por lo que me hiciste. El hecho mismo de hacerte eso constituye un ataque del cual me siento culpable: el hecho mismo de imponerte culpa, a ti que ya estás sintiéndote culpable, va a reforzar tu culpa. Así que lo que sucede en el momento en que  tu culpa se encuentra con la mía es que ambos la reforzamos el uno en el otro, y entonces ambos estamos aun más condenados a esta prisión de culpa en la cual vivimos.

Esta vez asumamos que  tú  entras aquí y me insultas, pero ahora estoy en mi mente correcta y me siento bien conmigo mismo. Sé que Dios está conmigo, que Dios me ama y debido a eso nada puede hacerme daño. No importa lo que tú me hagas, sé que Dios está conmigo, sé que estoy a salvo y seguro. Sé que no importa lo que digas, aun cuando pueda ser verdad en un nivel más profundo no puede ser verdad porque sé que soy un Hijo de Dios y, por lo tanto, soy perfectamente amado por mi Padre. No hay nada que puedas hacer o decir que me pueda quitar eso.


Marc Chagall Les Maries de la Tour Eiffel.
Si asumimos que esta es la posición en la que estoy aquí sentado y tú entras y me insultas, entonces estoy libre p ara mirar en forma distinta lo que has hecho. Hay una línea maravillosa en la primera epístola de Juan en el Nuevo Testamento que dice, " El amor perfecto expulsa el temor ( 1 Jn 4:18 ). Jesús la menciona varias veces en el Curso en formas distintas.  Lo que eso significa es no sólo que el amor perfecto deshace el miedo, sino que también deshace el pecado, la culpa y cualquier forma de sufrimiento e ira. No hay manera de que alguien que esté lleno del Amor de Dios pueda tener miedo, ira, culpa o querer hacerle daño a alguien.

Esto significa que si estás tratando de hacerme daño, en ese momento específico no crees que estás
lleno del Amor de Dios. En ese momento específico no te identificas a ti mismo como un Hijo de Dios. No crees que Dios es tu Padre y, debido a que estás en tu estado de ego, te sentirás amenazado y culpable. Crees que Dios te va a  atrapar. Y la única forma cómo puedes manejar toda esta culpa es atacando a un hermano tuyo. Esto es lo que hará la culpa siempre. Por lo tanto, tus insultos o ataques están diciendo realmente: " Por favor enséñame que estoy equivocado;  por favor enséñame que hay un Dios Que me ama, y que soy Su Hijo. Por favor demuéstrame que el amor que considero imposible para mí está  realmente ahí". En consecuencia, cada ataque es un pedido de ayuda o un llamado de amor. 


Marc Chagall
La primera sección del capítulo 12 del texto,  " El juicio del Espíritu Santo " ( T-12.I ) , es una aseveración  muy clara de esto. Ante los ojos del Espíritu Santo cada ataque es un pedido de ayuda o un pedido de amor, porque si la persona sintiera amor nunca podría  atacar. El ataque es una expresión de que la persona no se sienta amada y, por lo tanto, es un pedido de amor. Está diciendo: " Por favor demuéstrame que estoy equivocado, que realmente hay un Dios que me ama, que soy Su Hijo y no un Hijo del ego. "  Si estoy  aquí sentado en mi mente correcta, esto es lo que escucharé . Escucharé en el ataque un pedido de amor. Y puesto que en ese momento estoy identificado con al Amor de Dios, ¿ Cómo  podría responder en otra forma que no fuera tratar de extender ese A mor ?  

La forma específica cómo yo responda al ataque depende del Espíritu Santo. Si estoy en mi mente correcta, pediré  su ayuda y El me mostrará cómo debo responder. La forma cómo yo actúe no importa. Este no es un curso en acción o en conducta, sino en cambio de nuestro pensamiento. Tal como lo dice Un curso de milagros, " No trates de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar tu parecer acerca de él " ( T-21.in.1:7 )

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Una Introducción Básica a  
UN CURSO DE MILAGROS 
Kenneth Wapnick, Ph . D.
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Ed. El Grano de Mostaza

Capítulo 4
LA MENTE CORRECTA
EL SISTEMA DE PENSAMIENTO
DEL ESPÍRITU SANTO

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