Gilf  “To Tehran with Love, 2010″  

DESEO LA PAZ DE DIOS.
Decir estas palabras no es nada. Pero decirlas de corazón lo es todo. Si pudieras decirlas de corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás volverías a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento. recobrarías plena conciencia del Cielo, el recuerdo de Dios quedaría completamente reinstaurado y la resurrección de toda la creación plenamente reconocida.
No hay nadie que pueda decir estas palabras de todo corazón y no curarse. Ya no podría entretenerse con sueños o creer que él mismo es un sueño. No podría inventar un infierno y creer que es real. Desea la paz de Dios, y se le concede. Eso es todo lo que desea y todo lo que recibirá. Son muchos los que han dicho estas palabras.  Pero ciertamente son muy pocos los que las han dicho de todo corazón.  No tienes más que contemplar el mundo que ves a tu alrededor para cerciorarte de cuán pocos han sido. El mundo cambiaría completamente sólo con que hubiese dos que estuviesen de acuerdo en que esas palabras expresan lo único que ellos anhelan.

Dos mentes con un solo empeño se vuelven tan fuertes que lo que disponen se convierte en la Voluntad de Dios. Pues las mentes sólo se pueden unir en la verdad.


UCDM
Fundación para la paz interior
Libro de ejercicios. Lección 185

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