Si te sientes desalentado respecto de tu progreso,
si quieres dar un nuevo paso pero la idea de
dominar el anterior te entristece o fatiga, recuerda
que te equivocas acerca de lo que se espera de ti.
El esfuerzo se debe usar sólo como un medio para dejar de esforzarse. Simplemente haz el esfuerzo de recordar que no es necesario hacer nada.
Sí, serás firme contigo mismo, pero sólo con el fin de recordar claramente que no conoces el camino
hacia el Hogar, que ni siquiera sabes cuál es el
próximo paso y que tu fuerza sólo puede provenir
de ponerte nuevamente en los brazos de Aquel que
te conduce. El mayor de los obstáculos en nuestro 
progreso espiritual es la sospecha de que se nos
pide descubrir algo o hacer algo que no sea
permanecer en paz. Detrás de estos temores está la
idea de que las leyes que nos hacen avanzar exigen 
un sacrificio, de que "nada valioso se obtiene
fácilmente". Entonces, creemos que se nos pide
hacer algo que será desagradable, tedioso o 
intimidante. Pero no es así. Las reglas de avance
piden exactamente lo puesto: confianza, calma
alegría y apertura.

Sugerencia
No es posible que verdaderamente quieras 
hacer algo que signifique apartarte de la meta de tu
corazón. Si alguna vez se te ocurre eso es que no
has comprendido dónde está tu tesoro. Cuando te
sientes irritado, rechazado o cuando sientes que
 estás luchando contra ti mismo, no hagas nada.
Hacer nada es lo único que necesitas. Pero es
necesario justamente eso. Admite lo poco que
sabes, luego, mentalmente, hazte a un lado. Espera
que Dios haga un movimiento. Somos como niños
y lo Divino es como un tren luminoso que nos lleva 
hacia una tierra de belleza y esplendor
inesperados. Lo único que tenemos que hacer es
permitirnos ser conducidos.
Hugh Prather
Brillar o no Brillar
Pág. 100
1. ¿ Por qué esperar al Cielo ? Los que buscan la luz están simplemente cubriéndose los ojos. La luz ya está en ellos. La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio. La luz es algo ajeno al mundo, y   tú en quien mora la luz eres asimismo un extraño aquí. La luz vino contigo desde tu hogar natal, y permaneció contigo, pues es tuya. Es lo único que trajiste contigo de Aquel que es tu Fuente. Refulge en ti porque ilumina tu hogar, y te conduce de vuelta al lugar de donde vino y donde finalmente estás en tu hogar.
2. Esta luz  luz no se puede perder. ¿ Por qué esperar a encontrarla  en el futuro, o creer que se ha perdido o que nunca existió ? Es tan fácil contemplarla que los argumentos que demuestran que no puede existir se vuelven irrisorios. ¿ Quién podría negar la presencia de lo que contempla en sí mismo ? No es difícil mirar en nuestro interior, pues ahí nace toda visión. Lo que se ve,  ya sea  sueños o procedente de una Fuente más verdadera, no es más que una sombra de lo que se ve a través de la visión interna. Ahí comienza la percepción y ahí termina. No tiene otra fuente que ésta.
3. La paz de Dios refulge en ti ahora, y desde tu corazón se extiende por todo el mundo. Se detiene a acariciar cada cosa viviente, y le deja una bendición que ha de perdurar para siempre. Lo que da no puede sino ser eterno.Elimina todo pensamiento de lo efímero y de lo que carece de valor. Renueva todos los corazones fatigados e ilumina todo lo que ve según pasa de largo. Todos sus dones se le dan a todo el mundo, y todo el mundo se une para darte las gracias a ti que das y a ti que has recibido.
4. El resplandor de tu mente le recuerda al mundo lo que ha olvidado, y ´´este a su vez, restituye esa memoria en ti. Desde ti la salvación irradia dones inconmensurables, que se dan y se devuelve.  A ti que das el regalo, Dios Mismo te da las gracias. Y la luz que refulge en ti se vuelve aún más brillante con Su bendición, sumándose así a los regalos que tienes para ofrecérselos al mundo.
5. La paz de Dios jamás se puede contener. El que la reconoce dentro de sí tiene que darla. Y los medios a través de los que puede hacerlo residen en su entendimiento. Puede perdonar porque reconoció la verdad en él.La paz de Dios refulge en ti ahora, así como en toda cosa viviente. En la quietud de paz de Dios se reconoce universalmente. Pues lo que tu visión interna contempla es tu percepción del universo.
6. Siéntate en silencio y cierra los ojos. La luz en tu interior es suficiente. Sólo ella puede concederte el don de la visión.  Ciérrate al mundo exterior, y dale alas a tus pensamientos para que lleguen hasta la paz que yace dentro de ti. Ellos conocen el camino. Pues los pensamientos honestos, que no están mancillados por  el sueño de cosas mundanas externas a ti, se convierten el los santos mensajeros de Dios Mismo.

7. Éstos son los pensamientos que piensas con Él. Ellos reconocen su hogar y apuntan con absoluta certeza hacia su Fuente, donde Dios el Padre y el Hijo son uno. La paz de Dios refulge sobre ellos, pero ellos no pueden sino permanecer contigo también, pues nacieron en tu mente, tal como tu mente nació en la de Dios. Te conducen de regreso a la paz, desde donde vinieron con el sólo propósito de recordarte cómo regresar.
8. Ellos acatan la Voz de tu  Padre cuando tú te niegas a escuchar. Y te instan dulcemente a que aceptes Su Palabra acerca de lo que eres en lugar de fantasías y sombras. Te recuerdan que eres el  co-creador de todas las cosas que viven.  Así como la paz de Dios refulge en ti, refulge también en  ellas.
9. El  propósito de nuestras prácticas de hoy es acercarnos a la luz que mora en nosotros. Tomamos rienda de nuestros pensamientos errantes y dulcemente los conducimos de regreso allí donde pueden armonizarse con los pensamientos que compartimos con Dios.  No vamos a permitir que sigan descarriados.  Dejaremos que la luz que mora en nuestras mentes los guíe de regreso a su hogar.  Los hemos traicionado al haberles ordenado que se apartasen de nosotros.  Pero ahora les pedimos que regresen  y los purificamos de cualquier anhelo extraño o deseo confuso.  Y así, les restituimos la santidad que es su herencia.
10. De esta forma, nuestras mentes quedan restauradas junto con ellos, y reconocemos que la paz de Dios refulge todavía en nosotros, y que se extiende desde nosotros hasta todas las cosas vivientes que comparten nuestra vida. Las perdonamos  a todas, y absolvemos al mundo entero de lo que pensábamos que nos había hecho. Pues somos nosotros  quienes construimos el mundo como queremos que sea. Ahora elegimos que sea inocente, libre de  errores y receptivo a la salvación. Y sobre él vertemos nuestra bendición salvadora, según decimos :



La paz de Dios refulge en mí ahora. Que todas las
cosas refuljan sobre mí en esa paz, y que yo las bendiga
con la luz que mora en mí.



Un Curso de Milagros 
Lección 188
Fundación para la paz interior.

Ricardo Siri Liniers - Enriqueta y Fellini - 

¿ Qué perderías si reconocieras una experiencia más grande que la tuya?
¿ Es verdaderamente menos idólatra llamar a un consejero espiritual por teléfono o leer un libro de verdades impresas que consultar a Aquel que conoce la senda que se abre frente a ti?
¿ No está claro que hay una Sabiduría específica que trasciende las "lecciones" de nuestra muy breve historia personal? ¿ Qué puedes sufrir si confías en lo que siempre has dicho creer:  que el tiempo y la muerte no cambian la realidad ? Lo que nuestro cuerpo percibe no es todo lo que existe. Por un momento  libre, deja de lado tus argumentos y tus temores de parecer ridículo y mira a ver si no hay Alguien esperando para bendecirte y guiarte. Permanece en calma y siente la Paz que cada situación contiene. Si estás en calma, puedes confiar en tu amable inclinación. Nunca hay una sola opción. El plan de Paz se puede hallar en diversas alternativas. La guía de Dios no es  un acto del cuerpo o una conducta. Es un acto del corazón. Seguir la instrucción es elegir ser como la Naturaleza de la orientación. ¿ Cómo podrían los senderos del Amor estrechar las elecciones y restringir las posibilidades cuando el Amor es ilimitado?
Hugh Prather
Brillar o no Brillar

De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la paz de Dios.

1. El perdón ve sólo impecabilidad, y no juzga. Ésta es la manera de llegar a Tí. Los juicios me vendan los ojos y me ciegan. El amor, que  aquí se refleja en forma de perdón, me recuerda, por otra parte, que Tú me has proporcionado un camino para volver a encontrar Tu paz. Soy redimido cuando elijo seguir ese camino. Tú no me has dejado desamparado. Dentro de mí yace Tu recuerdo, así como Uno que me  conduce hasta él. Padre, hoy quiero oír Tu Voz y encontrar Tu  Paz. Pues quiero amar mi propia Identidad y encontrar en Ella el recuerdo de Tí. 

Un Curso de Milagros
Lección 352
Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada.

1. Padre, hoy quiero dejar que todas las cosas sean como Tú las creaste y ofrecerle a Tu Hijo el honor que se merece por su  impecabilidad; el amor de un hermano hacia su hermano y Amigo. De ese modo soy redimido. Y del mismo modo, la verdad pasará a ocupar el lugar que antes ocupaban las ilusiones, la luz reemplazará toda obscuridad y Tu Hijo sabrá que él es tal como Tú lo creaste.

2. Hoy nos llega una bendición especial de Aquel que es nuestro Padre. Dedícale a Él este día, y no tendrás miedo de nada hoy, pues el día habrá sido consagrado al Amor. AMÉN.
Un Curso de Milagros 
Fundación para la paz interior
Lección 274

Dios Es mi Padre y Él ama a su hijo.
1. Mi verdadera identidad es tan invulnerable, tan sublime e inocente, tan gloriosa y espléndida y tan absolutamente benéfica y libre de culpa, que el Cielo la contempla para que ella lo ilumine. Ella ilumina también al mundo. Mi verdadera identidad es el regalo que mi Padre me hizo y el que yo a mi vez le hago al mundo. No hay otro regalo, salvo éste, que este puede dar o recibir. Mi verdadera identidad y sólo Ella es la realidad. Es el final de las ilusiones. Es la verdad.
2. Mi nombre, ¡ Oh Padre, todavía te es conocido. Yo lo he olvidado, y no sé adonde me dirijo, quién soy, ni qué es lo que debo hacer. Recuérdamelo ahora, Padre, pues estoy cansado del mundo que  veo. Revélame lo que Tú deseas que vea en su lugar.
Un Curso de Milagros
Lección 224