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"Tu santidad invierte todas las leyes del mundo.
Está más allá de cualquier restricción de tiempo, espacio,
distancia, así como de cualquier clase de límite."

" Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. " Reflejan un cambio en nuestra manera de pensar, un cambio que libera el poder de la mente hacia los procesos de sanación y rectificación.
Esta sanación asume muchas formas. A veces, un milagro es un cambio en las condiciones materiales, como puede ser una curación física. Otras veces es un cambio psicológico o emocional. Y no tanto un cambio en una situación objetiva - aunque con frecuencia también eso ocurra - como en la forma en que nosotros la percibimos. Lo  que cambia es, principalmente, la manera como se nos aparece en la mente una experiencia, es decir, la vivencia que tenemos de ella.

El mundo humano, con nuestra absoluta concentración en el comportamiento y en todo lo que acontece fuera de nosotros, es un  mundo engañoso. Es un velo que nos separa de un mundo más real, un sueño colectivo. 
El milagro no consiste en disponer de otra manera las imágenes del sueño. El milagro es despertarnos.

Al pedir milagros, lo que  buscamos es un objetivo práctico: un retorno a la paz interior. No pedimos que cambie nada externo a nosotros, sino algo que está en nuestro interior. Vamos en busca de una perspectiva vital más suave, más tierna.

La vieja física newtoniana sostenía que las cosas tienen una realidad objetiva independiente de cómo las percibimos. La física cuántica, y más especialmente el  principio de incertidumbre de Heisenberg, nos revela que a medida que nuestra percepción de un objeto cambia, el objeto mismo, literalmente, también cambia. La ciencia de la religión es la ciencia de la conciencia, porque en última instancia toda creación se expresa por mediación de la mente. Así pues, tal como se afirma  en Un curso de milagros, nuestra herramienta más eficaz  para cambiar el mundo es nuestra capacidad para "cambiar de mentalidad con respecto al mundo ".

Como el pensamiento es el nivel creativo de las cosas, cambiar la mente es la potenciación personal fundamental. Aunque escoger el amor en vez del miedo sea una decisión humana, el cambio radical que ésta produce en todas las dimensiones de nuestra vida es un regalo de Dios. Los milagro son unas " intercesiones en nombre de nuestra santidad ", procedentes de un sistema de pensamiento que se encuentra más allá del nuestro. En la presencia del amor, las leyes que rigen el estado normal de las cosas quedan superadas. El pensamiento que ya no tiene ningún  límite nos aporta una experiencia que ya no tiene ningún límite. 
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Nuestra herencia son las leyes que rigen el mundo en que creemos. Si nos consideramos seres de este mundo, entonces nos regirán las leyes que lo rigen: las de la escasez y la muerte. Si nos consideramos hijos de Dios, cuyo verdadero hogar se  encuentra en un nivel de conciencia allende este mundo, nos percataremos entonces de que " no nos gobiernan otras leyes que las de Dios ".

Nuestra percepción de nosotros mismos determina nuestro comportamiento. Si creemos que somos criaturas pequeñas, limitadas, inadecuadas, tenderemos a comportarnos  de esa manera, y  la energía que irradiemos reflejará esa creencia, no  importa lo que hagamos. Si pensamos que somo criaturas, con una abundancia infinita de amor y de capacidad de dar, entonces tenderemos a conducirnos de esa manera, y la energía que nos rodee reflejará nuestro estado de conciencia.

" Los milagros, como tales ,no se han de dirigir conscientemente. " Se producen como efectos involuntarios de una personalidad amorosa, de una fuerza invisible que emana de alguien cuya intención consciente es dar y recibir amor. A medida que nos liberamos de los miedos que bloquean  el amor que llevamos dentro, nos convertimos en instrumentos de Dios, en Sus obradores de milagros.

Dios, es cuanto amor, se expande constantemente, floreciendo y creando nuevas pautas para la expresión y el logro del júbilo. Cuando a nuestra mente, centrada en el amor, se le permite que sea un canal abierto por el que dios se expresa, nuestra vida se convierte en el medio de expresión de ese júbilo. Este es el significado de nuestra vida. Estamos aquí como representaciones físicas de un principio divino. Decir que estamos en la tierra para servir a Dios significa que estamos en la tierra para amar.

No fuimos, sin más, arrojados al azar sobre un mar de rocas. Tenemos una misión, que es salvar al mundo mediante el poder del amor. El mundo tiene una desesperada necesidad de sanar, como un pájaro con un ala rota. La gente lo sabe, y los que han rezado son millones.

Dios nos ha oído. Y envió ayuda. Te envió a ti.

Convertirse en un obrador de milagros significa tomar parte en un movimiento espiritual clandestino que está revitalizando el mundo, participando en una revolución de sus valores en el nivel más profundo posible. Esto no quiere decir que hayas de anunciárselo a nadie. Un miembro de la resistencia francesa no iba a enfrentarse con un oficial del ejército alemán que había ocupado París para decirle: " Hola, soy Jacques, de la Resistencia francesa ". De la misma manera , tú no le cuentas a gente que no tiene la menor idea de lo que estás diciendo que has cambiado, que ahora trabajas para Dios, que Él te ha enviado con una misión de sanador y que el mundo ha de prepararse para grandes cambios. Los obradores de milagros aprenden a guardar silencio. Es importante saber que cuando se habla de la sabiduría espiritual en un momento o lugar inadecuado, o con una persona inadecuada, el que habla más parece un necio que un sabio.

El Curso, cuando habla del plan de Dios para la salvación del mundo, lo llama " el plan de los maestros de Dios ". El plan llama a los maestros de Dios a sanar el mundo valiéndose del poder del amor. Esta enseñanza tiene  muy poco que ver con la comunicación verbal, y todo que ver con una cualidad de la energía humana. " Enseñar es demostrar. " un maestro de dios es cualquiera que opte por serlo. " Los maestros de Dios proceden de todas partes del mundo y de todas las religiones, aunque algunos no pertenecen a ninguna religión. Los maestros de Dios son los que han respondido. " La frase " Muchos son los llamados, pero pocos se preocupan por escuchar ". La llamada de Dios es universal, se emite para todas las mentes en todo momento. Sin embargo, no todos optan por atender a la llamada de su propio corazón. Como demasiado bien lo sabemos todos, poco les cuenta a las voces chillonas y frenéticas del mundo exterior sofocar la tímida vocesita interior del amor.

Nuestro trabajo como maestros de Dios, si decidimos aceptarlo, consiste en buscar constantemente, en nuestro interior, una mayor capacidad de amor y de perdón. Hacemos esto mediante una "forma selectiva de recordar ", mediante una decisión consciente de recordar únicamente los pensamientos amorosos y de desaferrarnos de cualesquiera pensamientos atemorizantes. Este es el significado del perdón, una importante piedra angular de la filosofía de un curso de milagros. Como muchos  de los términos tradicionales usados en el Curso, también éste se utiliza de una manera nada tradicional. 
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Tradicionalmente, pensamos que perdonar es algo que debemos hacer cuando creemos que alguien es culpable de algo. En el Curso, sin embargo, se nos enseña que nadie es culpable, que no hay culpa, porque sólo el amor es real. Nuestra función consiste en ver, a través de la falsa idea de la culpa, la inocencia que está más allá.  " Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente los pensamientos amorosos que diste en el pasado, y aquellos que se te dieron a ti. Todo lo demás debe olvidarse . " Lo que se nos pide es que extendamos nuestra percepción más allá de los errores que nuestras percepciones físicas no revelas - lo que alguien hizo, lo que alguien dijo -, para captar la santidad en  ellos que sólo el corazón nos revela. Entonces, de hechos, no hay nada que perdonar. Lo que tradicionalmente se ha entendido por perdón -  lo que en el Canto de la oración se llama " perdón - para - destruir " - es, por lo tanto, un acto de enjuiciamiento . Es la arrogancia de alguien que se ve a sí mismo como mejor que otra persona, o quizá como igualmente pecador, lo que sigue siendo una percepción errónea y una expresión de la arrogancia del ego.

Como todas las mentes están conectadas, que alguien rectifique su percepción es, en algún nivel, una sanación de la mente de la raza humana como tal. La práctica del perdón es la contribución más importante que podemos hacer a la sanación del mundo. De personas enfadadas no se puede esperar que creen un planeta `pacífico. A mi me divierte recordar cómo me enojaba cuando la gente no quería firmar mis escritos en petición de la paz.

El perdón es un trabajo de dedicación completa, y a veces muy difícil. No conseguimos perdonar siempre, pero  hacer el esfuerzo es nuestra vocación más noble. Es la única probabilidad real que podemos ofrecer al mundo de volver a empezar. un perdón radical es una liberación completa del pasado, tanto respecto a las relaciones personales como respecto a las tragedias colectivas. 

Volver al Amor
Marianne Williamson





Luana Silense - Two hearts beats at one -
1. Confiar en tus hermanos es esencial para establecer y sustentar tu fe en tu propia capacidad para transcender tus dudas y t falta de  absoluta convicción en ti mismo. Cuando atacas a un hermano, proclamas que está limitado por lo que tú has percibido en él. No estás viendo más allá de sus errores. Por el contrario, éstos se exageran, convirtiéndose en obstáculos que te impiden tener conciencia del Ser que se encuentra más allá de tus propios errores, así como de sus aparentes pecados y de los tuyos.
2. La percepción tiene un enfoque. Eso es lo que hace que lo que ves sea consistente. Cambia de enfoque, y, lo que contemples, consecuentemente cambiará. Ahora se producirá  un cambio en tu visión para apoyar la intención que ha reemplazado a la que antes tenías. Deja de concentrarte en los errores de tu hermano, y experimentarás la paz que resulta de tener fe en la impecabilidad. El único apoyo que esta fe recibe procede de lo que vez en otros  más allá de sus pecados. Pues sus errores, si te concentras en ellos, no son sino testigos de tus propios errores. Y no podrás sino verlos, lo cual te impedirá ver la impecabilidad que se encuentra más allá de ellos.
3. En nuestras prácticas de hoy, por lo tanto, lo primero que vamos a hacer es dejar que todos esos insignificantes enfoques den paso a la gran necesidad que tenemos de que nuestra impecabilidad se haga evidente. Damos instrucciones a nuestras mentes para que, por un breve intervalo, eso, y sólo eso, sea lo que busquen.  No vamos a preocuparnos por objetivos futuros. Lo que  vimos un instante antes no nos preocupará en absoluto dentro de este lapso de tiempo en el que nuestra práctica consiste en cambiar de intención. buscamos la inocencia y nada más. Y la buscamos sin interesarnos por nada que no sea el ahora.
4. Uno de los mayores obstáculos que ha impedido tu éxito ha sido tu dedicación a metas pasadas y futuras. El que las metas  que propugno este curso sean tan extremadamente diferentes de las que tenías antes ha sido motivo de preocupación para ti. Y  también te has sentido consternado por el pensamiento restrictivo y deprimente de que, incluso si tuvieses éxito, volverías inevitablemente a perder el rumbo. 
Luana Silense - Space -
5. ¿ Por qué habría de ser esto motivo de preocupación ? Pues el pasado ya pasó y el futuro es tan solo algo imaginario. Preocupaciones de esta índole no son sino defensas para impedir que cambiemos el enfoque de nuestra percepción en el presente. Nada más. Vamos a dejar de lado estas absurdas limitaciones por un momento. No vamos a recurrir a creencias pasadas, ni a dejar que lo que hayamos de creer en el futuro nos estorbe ahora. Damos comienzo a nuestra sesión de práctica con un solo propósito: ver la impecabilidad que mora dentro de nosotros.
6. Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino. Y si se nos ocurre pensar en los errores de un hermano, nuestro restringido foco nos  nublará la vista y nos hará volver los ojos hacia nuestros propios errores, que exageraremos y llamaremos "errores / pecados " . De modo que, por un breve intervalo, de surgir tales obstáculos, los transcenderemos sin ocuparnos del pasado o del futuro, dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos:


No es esto lo que quiero contemplar.
Confío en mis hermanos, que son uno conmigo.

7. Y nos valdremos asimismo de este pensamiento para mantenernos a salvo a los largo del día. No estamos interesados en metas a largo plazo. Conforme cada uno de los obstáculos nuble la visión de nuestra impecabilidad, lo único que nos interesará será poner fin, por un instante, al dolor que, de concentrarnos en el pecado experimentaríamos,y que, de no corregirlo, persistiría.
8. No vamos en pos  de fantasía. Pues lo que procuramos contemplar está realmente ahí. Y conforme nuestro foco se extienda más allá del error, veremos un mundo completamente impecable. Y cuando esto sea lo único que queramos ver y lo  único que busquemos en nombre de la verdadera percepción, los ojos de Cristo se volverán inevitablemente los nuestros. El Amor que Él siente por nosotros se volverá también el nuestro. Esto será lo único que veremos reflejado en el mundo, así como en nosotros mismo.
9. El mundo que una vez proclamó nuestros pecados se convierte ahora en la prueba de que somos incapaces de pecar. Y nuestro amor por todo aquel que contemplemos dará testimonio de que recordamos al santo Ser que no conoce el error / pecado, y que jamás podría concebir nada que no compartieses Su impecabilidad. Éste es el recuerdo que queremos evocar hoy cuando consagramos  nuestras mentes a la práctica. No miramos ni hacia adelante ni hacia atrás. Miramos directamente al presente. Y depositamos nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos. Nuestra impecabilidad no es sino la Voluntad de Dios. En este instante nuestra voluntad dispone lo mismo que la Suya-.
Un Curso de Milagros
Fundación para la Paz interior
Temas por los cuales vivir.
Worl map mosaic - Paul van Scott
Para aplicar en la práctica de las situaciones cotidianas el material de este libro, nos resultará de ayuda mantener en nuestra mente los siguientes temas:
1- La paz de la mente es nuestro único propósito.
2- El perdón es nuestra única función y el camino para lograr nuestro propósito de paz mental.
3- Mediante el perdón podemos aprender a no juzgar a los demás y a ver a todos, incluyéndonos, sin culpa.
4- Podremos abandonar el temor cuando desistamos de juzgar, de proyectar el pasado en el futuro, y         vivamos sólo en el ahora.
5- Podemos aprender a acepar la dirección de nuestra voz intuitiva interior, la cual es nuestra guía al conocimiento.
6- Cuando nuestra voz interior nos dirige, también nos provee los medios para alcanzar todo lo necesario.
7- Cuando seguimos nuestra propia guía interior, suele ser necesario comprometerse con una meta específica, aún cuando no aparezcan con claridad los medios para llegar a ella. Esto revierte la habitual lógica del mundo y puede considerarse como "poner el carro delante del caballo".
8- tenemos la posibilidad cierta de optar en el momento de decidir qué percibimos y los sentimientos que vivimos.
9- Mediante el entrenamiento de la mente podemos aprender a utilizar la imaginación activa y positiva. Ésta nos permite desarrollar películas positivas, llenas de amor, en nuestra mente.
AMAR
ES ABANDONAR EL TEMOR
Sr. Gerald G. Jampolsky
Planeta.


World Peace - Bill Cannon
Como ayudar para reeducar la mente, tengamos en cuenta las siguientes preguntas en todas las circunstancias, privadas o interpersonales:


1. ¿ Elijo experimentar paz mental o elijo experimentar conflicto ?

2. ¿ Elijo experimentar el amor o el temor ?

3. ¿ Elijo ser un descubridor del amor o un descubridor de la culpa ?

4. ¿ Elijo  dar  amor  o  reclamar amor ?

5. ¿ Es ésta comunicación (verbal o no verbal ) una manifestación  de amor hacia la otra persona y hacia
    mí ?

Muchos de nuestros pensamientos, afirmaciones y acciones no son amorosos. Si queremos paz mental, es esencial que nuestra comunicación con los demás genere una sensación de unidad. Para tener paz interior y experimentar amor, debemos ser coherentes en lo que pensamos, decimos y hacemos.
Dr. Gerald Jampolsky
Amar, es abandonar el temor
VI. Tu función especial
1. La gracia de Dios descansa dulcemente sobre los ojos que perdonan, y todo lo que éstos contemplan le habla de Dios al espectador. Él no ve maldad, ni nada que temer en el mundo o nadie que sea diferente de él. Y de la misma manera en que ama a otros con a mor y con dulzura, así se contempla a sí mismo. Él no se condenaría a sí mismo por sus propios errores tal como tampoco condenaría a otro. No es un árbitro de venganzas ni un castigador de pecadores.La dulzura  de su mirada descansa sobre sí mismo con toda la ternura que les ofrece a los demás. Pues sólo quiere curar y bendecir.  puesto que actúa en armonía con la Voluntad de Dios, tiene el poder de curar y bendecir a todos los que contempla con la gracia de Dios en su mirada.
2. Los ojos se acostumbran a la obscuridad, y la luz de un día soleado les resulta dolorosa a los ojos aclimatados desde hace mucho a la tenue penumbra que se percibe durante el crepúsculo. Dichos ojos esquivan la luz del sol y la claridad que ésta le brinda a todo lo que contemplan. La penumbra parece mejor: más fácil de ver y de reconocer. De alguna manera lo vago y lo sombrío parece ser más fácil de contemplar y menos doloroso para los ojos que lo que es  completamente claro e inequívoco.  Éste, no obstante, no es el propósito de los ojos, y ¿ Quién puede decir que prefiere la obscuridad y al mismo tiempo afirmar que desea ver ?
3. Tu deseo de ver hace que la gracia de Dios descienda sobre tus  ojos, trayendo consigo el regalo de luz que hace que la visión sea posible. ¿ Quieres realmente contemplar a tu hermano ? A Dios le complacería que lo hicieses. No es Su Voluntad que no reconozcas a tu salvador. Tampoco es Su Voluntad que tu salvador no desempeñe la  función que Él le encomendó. No dejes que se siga sintiendo solo por más tiempo, pues los que se sienten solos son aquellos que no ven ninguna función en el mundo que ellos puedan desempeñar, ningún lugar en el que se les necesite, ni ningún objetivo que sólo ellos puedan alcanzar perfectamente.
4. Ésta es la percepción benévola que el Espíritu Santo tiene del deseo de ser especial: valerse de lo que  tú hiciste para sanar en vez de para hacer daño. A cada cual Él le asigna una función especial en la salvación que sólo él puede desempeñar, un papel exclusivamente para él. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que cada cual descubra su función especial y desempeñe el  papel que se le asignó para completarse a sí mismo en un   mundo donde rige la incompleción.
5. Aquí, donde las leyes de Dios no rigen de forma perfecta,  él todavía puede hacer una cosa  perfectamente y llevar a cabo una elección perfecta.  Y por este acto de lealtad especial hacia uno que percibe como diferente de sí mismo, se da cuenta de que el regalo se le otorgó a él mismo y, por lo tanto, de que ambos tienen que ser necesariamente uno. El perdón es la única función que tiene sentido en el tiempo. Es el medio del que el Espíritu Santo se vale para transformar el especialismo de modo que de pecado pase a ser salvación. El perdón es para todos. Mas sólo es completo cuando descansa sobre todos, y toda función que este mundo tenga se completa con él. entonces el tiempo cesa. No obstante, mientras se esté en el tiempo, es mucho lo que todavía queda por hacer. Y cada uno tiene que hacer lo que se le asignó, pues todo el plan depende de su papel especial en el tiempo, pues eso fue lo que eligió, y, al elegirlo, hizo que fuese así para él. No se le negó su deseo, sino que se modificó la forma del mismo, de manera que redundase en beneficio de su hermano y de él, y se convirtiese de ese modo en un medio para salvar en vez de para llevar a la perdición. 
6. La salvación no es más que un recordatorio de que este mundo no es tu hogar. No se te imponen sus leyes, ni sus valores son los tuyos. Y nada de lo que crees ver en él se encuentra realmente ahí. Esto se ve y se entiende a medida que cada cual desempeña su papel en el des-hacimiento del mundo, tal como desempeñó un papel en su fabricación. Cada cual dispone de los medios para ambas posibilidades, tal como siempre dispuso de ellos. Dios dispuso que el especialismo que Su Hijo eligió para hacerse daño a sí mismo fuese igualmente el medio para su salvación desde el preciso instante en que tomó esa decisión. Su pecado (error ) especial pasó a ser su gracia especial. Su odio especial se convirtió en su amor especial.
7. El Espíritu Santo necesita que desempeñes tu función especial de modo que la Suya pueda consumarse. No pienses que no tienes un valor especial aquí. Tú lo quisiste,y se te concedió. Todo lo que has hecho se puede utilizar, fácil y  provechosamente, a favor de la salvación. El Hijo de Dios no puede tomar ninguna decisión que el Espíritu Santo no pueda emplear a su favor, en vez de contra él. Sólo en la obscuridad parece ser un ataque tu deseo de ser especial. En la luz, lo ves como la función especial que te corresponde desempeñar en el plan para salar al Hijo de dios de todo ataque y hacerle entender que está a salvo, tal como siempre lo estuvo y lo seguirá estando, tanto en el tiempo como en la eternidad. Ésta es la función que se te encomendó con respecto  a tu hermano. Acéptala dulcemente de la mano de tu hermano, y deja que la salvación se consume perfectamente en ti. Haz sólo esto y todo se te dará.

Un Curso de Milagros
Foundation for Inner Peace


Yoshitaka Amano - The Sun
Son muy pocos los que aprecian el verdadero poder de la 
mente, y nadie permanece totalmente consciente de él todo el tiempo. No obstante, si esperas librarte del miedo hay algunas
 cosas que debes comprender,y comprender plenamente. La
mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creadora.
Nunca duerme. Está creando continuamente.                                                                  T.2. VI.9.3-7

A la mente le encanta divagar y no le gusta para nada que mantengamos vigilancia con respecto a los pensamientos que se presentan y, mucho menos, que queramos recobrar la soberanía que como Hijos de Dios tenemos sobre ella. El Curso dice de sí mismo que es realmente un entrenamiento mental y, en efecto, así es. Parte de este consiste en que nos demos cuenta de la inercia en la que se encuentra nuestra mente, y de que esta inercia tan solo se puede cambiar con un acto deliberado de toma de conciencia, de decisión, en el que sin titubeos reclamamos nuestra soberanía. Esto es un momento de iluminación.
Al final, mantener la vigilancia de todos los pensamientos que se presentan y negarles la entrada a los que no son de Dios,  es realmente "la tarea" a la que todos nos tenemos que dedicar si, en efecto, queremos participar en el plan de darle fin al sueño de muerte y sustituirlo por el sueño feliz.No obstante, existe una enorme resistencia a hacer esto, pues la mente quiere seguir divagando y que no se la controle en absoluto. Estamos tan habituados a ese divagar que nos parece completamente normal. El Curso afirma que todo pensamiento produce forma en algún nivel. Es por eso por lo que somos responsables de lo que vemos y de todo lo que está sucediendo en lo que parecer ser "allá fuera".
Es cierto que mantener la vigilancia de la que hablamos no es fácil. Solo el aprendiz impecable, que ha alcanzado un algo grado de eficiencia a este respecto, puede ver más allá del aparente "aburrimiento" que supone mantener esa vigilancia continuamente, además de negarle la entrada a todo pensamiento que reconoce que no es de Dios . Aunque esta práctica es esencial para los que han decidido estar al servicio de Cristo, no es algo que, en apariencia, nos proporciones una recompensa inmediata notable.Ciertamente, traerá recompensas,  pero puede que no sean instantáneas como sucede con otras cosas que hacemos en función de la meta asumida. Tú mismo tienes que sostener el compromiso de mantener la vigilancia, y lo haces porque has entendido que es la manera de dejar de apoyar el mundo tal como lo percibes. 
Mas la vigilancia se extiende también a todo lo que percibimos aquí que sabemos que no es amoroso. Todo aquello que puedas ver en la televisión, leer en periódicos o revistas, cosas que pasan en tu diario vivir, memorias de sucesos dolorosos o situaciones que te provocaron vergüenza así como comentarios que puedas oír, en fin, todo lo que no sea amoroso se le entrega inmediatamente a la Expiación. Al hacerlo, te saltas o acallas el juicio condenatorio que normalmente surge de inmediato contra lo que sea que hayas percibido que reconoces no es de Dios. Esto no es resistir lo que esté pasando. Es procesarlo con el Espíritu, Quien lo reinterpretará a la luz de Su santo Juicio.
Existe una gran diferencia entre negarle la entrada a cualquier pensamiento que no sea de Dios y rechazar cosas aquí al haberlas juzgado como malas o no deseables. Pues las rechazas y las resistes porque crees que son verdad, y creer que son verdad es lo que las sostiene aquí en el sueño. Si las vieras como ilusiones no las juzgarías en absoluto y no habría, entonces, necesidad de resistirte a ellas y, por ende,   no apoyarías su manifestación aquí. Un dicho que repito en muchos de mis seminarios es que " lo que resistes persiste ". Pero negar lo que no es de Dios no es resistirte a ello, sino que es más bien negar que sea real. Ese es el correcto uso de la negación, afirma el curso. Es  el reclamo de tu soberanía y del poder de decisión que posees. Recuerda que es el hecho de que creamos que algo es real lo que entonces hace que las mismas se manifieste en el mundo que percibimos.
Entregar toda percepción no amorosa a la Expiación equivale a dejar de sostener o apoyar en tu  mente el mundo ilusorio. Hacer esto de forma consistente, no obstante, es algo que solo lo pueden hacer los que ya están comprometidos al servicio de Cristo. Su recompensa inmediata será la satisfacción que brinda haber obedecido.
Todo comienza en la mente y todo se resolverán en ella también. En la condición en la que nos encontramos, la gran mayoría de nosotros no tiene soberanía sobre su mente, esta va a su aire. Pero sigue siendo el instrumento con el que el Espíritu "trabaja" y con el que tú no podrás sino trabajar también.
Eres el soberano de tu mente y la chispa que aún reside en la mente en la que opera el personaje, es la que decide reclamar su soberanía. Y en ese instante te reconoces a ti mismo. Te "sabes" . Esto es comparable a lo que se llama un momento de pura lucidez aquí en el sueño. Tiene lugar en la mente. La mente es todo, pues el Ser que es nuestra Fuente es pura Mente. 
El Aprendiz Impecable
Reflexiones sobre 
Un Curso de Milagros
Rosa María Wynn
(Traductora de UCDM)

Akari Inoguchi
1. ¡ Imagínate cuán hermosos te parecerán todos aquellos a quienes hayas perdonado! En ninguna fantasía habrás visto nunca nada tan bello.Nada de lo que ves aquí, ya sea en sueños o despierto, puede compararse con semejante belleza. Y no habrá nada que valores tanto como esto ni nada que tengas en tanta estima. Nada que recuerdes que en alguna ocasión hiciera cantar a tu corazón de alegría te brindó ni una mínima parte de la felicidad que esta visión ha de brindarte. Pues gracias a ella podrás ver al Hijo de Dios. Contemplarás la belleza que el Espíritu Santo adora contemplar, y por la que le da gracias al Padre. Él fue creado para ver esto por ti hasta que tú aprendas a verlo por tu cuenta. Y  todas Sus enseñanzas conducen a esa visión y a dar gracias con Él.
2. Esta belleza no es una fantasía. Es el mundo real, resplandeciente, puro y nuevo, en el que todo refulge bajo la luz del sol. No hay nada oculto aquí, pues todo ha sido perdonado y ya no quedan fantasías que oculten la verdad. El puente entre ese mundo y éste es tan corto y tan fácil de cruzar, que nunca te hubieses podido imaginar que fuese el punto de encuentro de mundos tan dispares. Mas este corto puente es la cosa más poderosa conectada a este mundo. Este ínfimo paso, tan pequeño que ni siguiera has reparado en él, es un salto que te lleva a través del tiempo hasta la eternidad,  y te conduce más allá de toda fealdad hacia una belleza que te subyugará y que nunca cesará de maravillarte con su perfección.
Akari Inoguchi - Digital Collage
3. Este paso, el más corto que jamás se haya dado, sigue siendo el mayor logro en el plan de Dios para la Expiación. Todo lo demás se aprende, pero esto es algo que se nos da, y que es completo en sí mismo y absolutamente perfecto. Nadie, excepto Aquel que planeó la salvación, podría completarlo tan perfectamente.El mundo real, en toda su belleza, es algo que se aprende a alcanzar. Todas las fantasías se desvanecen y nada ni nadie continúa siendo prisionero de ellas, y gracias a tu propio perdón ahora puedes ver. Lo que ves, sin embargo, es únicamente lo que inventaste, excepto que ahora la bendición de tu perdón descansa sobre ello. Y con esta última bendición que el Hijo de Dios se da a sí mismo, la percepción real, nacida de la nueva perspectiva que  ha aprendido, habrá cumplido su propósito.
4. Las estrellas se desvanecerán en la luz, y el sol que iluminó al mundo para que su belleza se pudiese apreciar desaparecerá.  La percepción no tendrá razón de ser cuando haya sido perfeccionada, pues nada que haya sido utilizado para el aprendizaje tendrá función alguna. Nada cambiará jamás; y las fluctuaciones y los matices, así como las diferencias y contrastes que hacían que la percepción fuese posible cesarán. La percepción del mundo real será tan fugaz que apenas tendrás tiempo de dar gracias a Dios por él. Pues una vez que hayas alcanzado el mundo real y estés listo para recibir a Dios, Él dará de inmediato el último paso.

Akari Inoguchi
5. El mundo real se alcanza simplemente mediante el completo perdón del viejo mundo, aquel que contemplas sin perdonar. El Gran Transformador de la percepción emprenderá contigo un examen minucioso de la mente que dio lugar a ese mundo, y te revelará las aparentes razones por las que lo construiste. A la luz de la auténtica razón que le caracteriza te darás cuenta, a medida  que lo sigas, de que ese mundo está totalmente desprovisto de razón. Cada punto que Su razón toque florecerá con belleza, y lo que parecía feo en la obscuridad de tu falta de razón, se verá transformado de repende en algo hermoso. Ni siquiera lo que el Hijo de Dios inventó en su demencia podría no tener oculto dentro de sí una chispa de belleza que la dulzura no pudiese liberar. 
6. Esta belleza brotará para bendecir todo cuanto veas, conforme contemples al mundo con los ojos del perdón. Pues el perdón transforma literalmente la visión, y te permite ver el mundo real alzarse por encima del caos y envolverlo dulce y calladamente, eliminando todas las ilusiones que habían tergiversado tu percepción y que la mantenían anclada en el pasado. La hoja más insignificante  se convierte en algo maravilloso, y las briznas de hierba en símbolos de la perfección de Dios.
7. Desde el mundo perdonado el Hijo de Dios es elevado fácilmente hasta su hogar. Y una vez en  él sabrá que siempre había descansado allí en paz.Incluso la salvación se convertirá en un sueño y desaparecerá de su mente. Pues la salvación es el final de los sueños, y dejará de tener sentido cuando el sueño finalice. ¿ Y quién, una vez despierto en el Cielo, podría soñar que aún pueda haber necesidad de salvación ?
8. ¿ Cuánto deseas la salvación ? Pues ella te dará el mundo real, el cual está  esperando ansiosamente ese momento. Las ansias del Espíritu  Santo por dártelo son tan intensas que Él no quisiera esperar, si bien espera pacientemente. Une Su paciencia a tu impaciencia para que tu encuentro Él no se demore más. Ve gustosamente a encontrarte con tu Redentor, y con absoluta confianza abandona con Él este mundo y entra al mundo real de belleza y perdón.  
II. El mundo perdonado
Un Curso de Milagros
Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es
necesario una purificación.             
                                                                         T. 1. I. 7

Para comenzar, lo  primero que preciso establecer, basándome en las enseñanzas del Curso, es que todos somos los Hijos perfectos de un Creador que también es perfecto. El Creador es Amor, y nosotros somos Amor también. Nada pudo jamás alterar o modificar nuestra verdad. Esta no está en entredicho. Tampoco está sujeta a nada que no sea la Perfección Misma.
Nunca pudimos violar la naturaleza de nuestro Ser. Somos  y seguimos siendo tal como fuimos creados por el A mor. Y el hecho de que nos hayamos olvidado de esto no implica que ello haya cambiado. Cumplirás tu función porque esa es tu santa voluntad. Pero antes es necesario que el altar interior se limpie de todo lo que no merece estar allí, para que el Residuo Bendito pueda restaurarse al Reino que comparte con su Fuente. Con este espíritu damos comienzo...
Después de muchos años de recorrer el camino espiritual, de incursionar en muchas corrientes y de practicar docenas de técnicas, finalmente, llegué a entender que lo único que en realidad necesitamos aquí es una purificación, y que lo único que se puede purificar es la mente, como muy bien dice Un curso de milagros. Esto requiere, antes que nada, estar dispuestos a hacer un examen exhaustivo del contenido de nuestra mente, para así poder eliminar de ella todo aquello que le es ajeno, todo aquello que no procede de la Santa Fuente de la que la mente forma parte, ni de Aquello que es el Todo de todo.
Para facilitar la lectura de este libro, llamaré a esa Fuente Dios o Padre, siguiendo la línea de Un curso de milagros. Y al Espíritu Santo  lo identificaré así o solo Espíritu. Él es la Ayuda de la que se nos ha provisto para realizar dicha purificación. Para que esto tenga lugar, es necesario dar nuestro consentimiento al Espíritu. Dios no nos exige nada. A Él hay que ir de buena voluntad. Dios te amará igual que ama a los que eligen no ir a Él. Ni más  ni menos. Esa es Su Divina Justicia y Equidad. Tú podrás elegir seguir el Camino que se te señala y poner en práctica lo que se sugiere. Pero ello no te dará más de lo que  ya tienes ni más de lo que todos los demás ya tienen también.
En la actualidad, ya hay personas que están comenzando a darse cuenta que la percepción que tenemos del mundo es la manifestación de lo que está en nuestra mente. Es decir, que lo percibido tiene todo que ver con el perceptor. Esta premisa es uno de los fundamentos de la física cuántica. Pero también hay diversas disciplinas o corrientes espirituales que afirman lo mismo. El Curso es una de ellas. De hecho, asevera que la percepción es un deseo colmado, pues vemos lo que queremos ver. 
La purificación de la mente, en el sentido que lo da a entender el Curso, supone eliminar todo aquello que no forma parte de ella. Dado que el  "el error original" - como el Curso identifica a lo que aquí llamamos "pecado original" - tuvo lugar en la mente, es con nuestra mente con la que el Espíritu Santo  "trabaja". Y recalca que ahí es donde se cometió el error y allí es donde hay que corregirlo.
Dado que la naturaleza de la mente es que todo lo que entra en ella queda grabado para siempre fue necesario idear un plan que fuese tan extraordinario que, aunque no pudiese borrar las percepciones erradas de la mente, pudiera corregirlas y transformarlas en algo tan parecido al Cielo que de dejasen de ser fuentes de dolor y de culpa para los Hijos de Dios separados. Otra característica de la mente es su naturaleza abstracta, lo que indica que solo opera fuera de lo que aquí llamamos físico. De hecho, la mente no está en el cuerpo, pues no puede ser contenida.
Como resultado de la "caída" del Hijo, al creerse separado de Su Creador, Su mente se dividió en dos. Esta división es lo que la mente proyecta, y lo que el Curso denomina "la separación",  que otras corrientes llaman "la dualidad". Y así, percibimos un mundo de objetos y cuerpos separados que, entonces, corroboran, o constituyen la prueba irrefutable de la "realidad" de la separación.
La separación es la "pantalla" donde tiene lugar todo lo que percibimos: lo concreto, todos los acontecimientos que parece que están ocurriendo; las personas involucradas en ellos; las cosas, todo ello tiene lugar ahí y nos absorbe completamente acaparando toda nuestra atención. La experiencia visceral de la separación, en términos simples, se reduce a esto; yo y todo lo demás que veo en esa pantalla.
Como dije anteriormente, hay personas que ya han comenzado a poner en duda la "realidad de lo que perciben", y así intuyen que lo que ven no es la Realidad Absoluta y que, por lo tanto, no puede sino ser temporal. Y esto es un buen comienzo, pues ver la temporalidad de todo lo que percibimos nos permite poder actuar desde un paradigma de pensamiento distinto del que aprendimos,uno que, al sentirnos más acordes con él, elegimos adoptar.
La mente no puede operar sin un foco, sin una mira. Dado que nadie aquí puede ni siquiera imaginar o concebir lo que es la Realidad Absoluta, lo mejor que puede hacer un aprendiz  es elegir, como paradigma de vida, las ideas o conceptos que son más afines a su más elevado entendimiento y que le traen felicidad.
Dios es Pura Mente y crea "pensando". Todos aquí somos Pensamiento en la Mente de Dios. Y también somos entes pensantes. La parte de nuestra mente que el ego rige es tan solo un diminuto fragmento  de ella. Mas ese fragmento parece ser autónomo y cree ser lo que tú eres. Sin embargo, nuestra mente jamás pudo separarse de la Mente de la que forma parte. Ese fragmento que se pensó separado, quedó a su vez dividido en dos, lo que Un curso de milagros llama la mente recta y la mente errada, mas el fragmento sigue siendo parte de toda la mente.
Hay algo en nosotros que yo llamo "el decididor", que elige en cuál de estas dos mentes operar. Veo a ese decididor como la parte "operativa" de la pequeña chispa que se encuentra dentro de nosotros, la cual contiene, y es parte, de los Grandes Rayos de los que habla el Curso. Pero, como no podemos cambiar la naturaleza pensante de nuestra mente, pseudopensamos desde la mente errada, y pensamos desde la mente recta.
La mente errada produce "pensamientos" que no son de Dios, por lo tanto, no son pensamientos en absoluto, aunque nos parece que lo son; y así los aceptamos y les otorgamos "realidad", y después vemos sus efectos en el mundo que percibimos. Pero la verdad es que la mente errada no puede pensar en absoluto, y que cuando crees que está pensando, realmente está en blanco, como dice el Curso. Mas eso no  quiere decir que esos pseudo pensamientos no tengan efectos. Han surgido de la mente errada de Quien sigue siendo el Hijo de Dios, pro lo tanto,  producirán forma en algún nivel. Esa es otra razón para darnos cuenta de que somos responsables del mundo que percibimos y de todo lo que parece suceder en él.
La mente recta, por otra parte, piensa los pensamientos que están en armonía con los Pensamientos de Dios, que son los únicos que son reales. Esos pensamientos dan lugar a una percepción sana que, aunque no es la Realidad - pues sigue siendo una percepción -, es el trampolín hacia el conocimiento.
Y es, precisamente el hecho de que podemos pensar de lo que se vale el Espíritu Santo para guiarnos de vuelta al lugar del que nunca nos alejamos. Pues podemos pensar con Dios o de la manera en que Él piensa. Pero, antes de que esto pueda lograrse, es menester que hagamos una limpieza en nuestra mente: una purificación. Y esta es igualmente necesaria antes de que podamos obrar milagros, que son el máximo servicio que le podemos prestar a otro. Sanar nuestra mente es esencial si queremos servir de conducto al milagro.
Es importante señalar que todo aquello que todavía no has sanado en tu vida volverá a repetirse, porque aún está en tu mente. Hay que sanar el pasado en el presente, para así poder extender ese presente sano al futuro. De otra manera, seguiremos extendiendo el pasado no sanado al futuro y reviviremos las mismas historias hasta que un día, en un momento presente, las sanemos.
En el mundo perceptual en el que parece que "estamos", podemos elegir desde qué mente operar, percibir. Uno de los propósitos del Espíritu Santo es reunificar nuestra mente, pues mientras siga dividida no podrá conocer su verdadera Procedencia y el conflicto en que  se encuentra parecerá ser eterno. Cuando operamos desde la mente errada, percibimos y sostenemos el mundo del ataque, desamor y venganza. Y estamos completamente seguros de su realidad. Desde la mente recta percibimos hermanos y vemos que todo aquí es para nuestro  beneficio,  para nuestro bien. E incluso si vemos a algún hermano actuando desde la mentalidad errada, podemos mirar más allá de su error y ver el Ser que realmente él es y de esta manera sostenemos en nuestra mente su eterna inocencia, y no  damos testimonio de lo que no es verdad en él. El ojo físico no puede hacer esto, pero el Ojo Espiritual sí.

El Aprendiz Impecable
Nuestra Única Necesidad
Rosa María Wynn