Andreas Gursky 2006 May Day V |
1. Hacer comparaciones es necesariamente un mecanismo del ego, pues el amor nunca las hace. Creerse especial siempre conlleva hacer comparaciones. Pues se establece al ver una falta en otro, y se perpetúa al buscar y mantener claramente a la vista cuanta falta se pueda encontrar. Esto es lo que persigue el especialismo, y esto es lo que contempla. Y aquel a quien tu deseo de ser especial así rebaja, habría sido tu salvador si tú no hubieses elegido usarlo como un triste ejemplo de cuán especial eres tú. Frente a la pequeñez que ves en él, tú te yergues alto y señero, irreprochable y honesto, puro e inmaculado. No entiendes que al hacer eso es a ti mismo a quien rebajas.
2. Tratar de ser especial es siempre a costa de la paz. ¿ Quién podría atacar y menospreciar a su salvador y al mismo tiempo reconocer su fuerte apoyo ? ¿ Quién podría menoscabar su omnipotencia y al mismo tiempo compartir su poder ? ¿ Y quién podría usarlo como medida de la pequeñez y al mismo tiempo liberarse de toda limitación ? Tú tienes una función que desempañar en la salvación. Realizarla te brindará felicidad. Pero tratar de ser especial siempre te ocasionará dolor. Pues es una meta que se opone a la salvación, y, por lo tanto, va en contra de la Voluntad de Dios. Atribuir valor a ser especial es apreciar una voluntad ajena, para la cual las ilusiones acerca de ti son más importantes que la verdad.
3. Ser especial es la idea del pecado hecha realidad. Sin esa base no es posible ni siquiera imaginarse el pecado (error). Pues el pecado surgió de ella, de lo que no es nada, y no es más que una flor maléfica desprovista de raíces. He aquí al que se ha erigido a sí mismo en "salvador", el "creador" que crea de forma diferente a como crea el Padre e hizo que Su Hijo fuese como él y no como el Padre. Sus hijos "especiales" son muchos, nunca uno solo, y cada uno de ellos se encuentra exiliado de sí mismo y de Aquel de Quien forma parte. Y ninguno de ellos ama la Unicidad que los creó como uno solo con Él. Ellos eligieron el especialismo en lugar del Cielo y de la paz, y lo envolvieron cuidadosamente en el pecado para mantenerlo " a salvo " de la verdad.
4. Tú no eres especial. Si crees que lo eres y quieres defender tu especialismo en contra de la verdad de lo que realmente eres, ¿ cómo vas a poder conocer la verdad ? ¡ Qué respuesta del Espíritu Santo podría llegar hasta ti, cuando a lo que escuchas es a tu deseo de ser especial, que es lo que pregunta y lo que responde ? Tan sólo prestas oídos a su mezquina respuesta, la cual ni siquiera se oye en la melodía que en amorosa alabanza de lo que eres fluye eternamente desde Dios a ti. Y este colosal himno de honor que amorosamente se te ofrece por razón de lo que eres parece silencioso e inaudible ante el "poderío" de tu especialismo. Te esfuerzas por escuchar una voz que no tiene sonido, y, sin embargo, la Llamada de Dios Mismo te parece insonora.
Andreas Gursky - Pyongyang 1 , 2007- |
6. ¿ Qué podrían ver en su lugar ? Podrían ver el brillante fulgor del Hijo de Dios, tan semejante al de su Padre que el recuerdo de Éste alborearía de inmediato en sus mentes. Y con ese recuerdo el Hijo recordaría sus propias creaciones, que son tan semejantes a él como él es semejante a su Padre. Y el mundo que él construyó, así como su deseo de ser especial junto con todos los pecados que en defensa de ese deseo albergó contra sí mismo, de desvanecerían a medida que su mente aceptase la verdad acerca de lo que él es y retornase para ocupar el lugar que aquellos ocupaban. Éste es el único "costo " de la verdad: jamás volverás a ver lo que nunca tuvo lugar ni a oír lo que no tiene sonido. ¿ Es acaso un sacrificio renunciar a lo que no es nada y recibir a cambio el Amor de Dios para siempre ?
7. Tú que has encadenado a tu salvador a tu deseo de ser especial y has otorgado a dicho deseo el lugar de aquel, recuerda esto: tu salvador no ha perdido la capacidad de perdonarte todos los pecados que tú crees haber haber interpuesto entre él y la función de salvarte que Dios le encomendó. Y tú no puedes cambiar su función, ni tampoco la verdad que mora en él y en ti. Pero ten por seguro que esta verdad es exactamente la misma en cada uno de vosotros. La verdad no transmite mensajes diferentes y sólo tiene un significado. Y es un significado que tú y tu hermano podéis entender y que os brinda liberación a ambos. He aquí a tu hermano ofreciéndote la llave del Cielo que tiene en su mano. No permitas que el sueño de ser especial continúe interponiéndose entre vosotros. Lo que es uno está unido en la verdad.
Andreas Gursky - Dubai World II - |
9. Has llegado muy lejos por el camino de la verdad, demasiado lejos como para titubear a hora. Un paso más, y todo vestigio del temor a Dios quedará disuelto en el amor. El deseo de ser especial de tu hermano y el tuyo son enemigos, y en su mutuo odio están comprometidos a matarse el uno al otro y a negar que son lo mismo. Mas no han sido ilusiones las que han llegado hasta este último obstáculo, el cual parece hacer que Dios y Su Cielo estén tan lejos que no se pueden alcanzar. Aquí en este santo lugar se alza la verdad esperando para recibirte a ti y a tu hermano en silenciosa bendición y en una paz tan real y abarcadora que nada queda excluido. No traigas ninguna de las ilusiones que abrigas acerca de ti mismo a este lugar, al que vienes lleno de esperanza y honestidad.
10. He aquí el que te puede salvar de tu deseo de ser especial. Él tiene tanta necesidad de que lo aceptes como parte de ti, como tú de que él te acepte a ti. Eres tan semejante a Dios como Dios lo es a Sí Mismo. Dios no es especial, pues Él no se quedaría con ninguna parte de lo que Él es sólo para Sí, negándosela a Su Hijo y reservándola sólo para Sí Mismo. Y esto es lo que tú temes, pues si Él no es especial, entonces Su Voluntad dispuso que Su Hijo fuese como Él, y, por lo tanto, tu hermano no puede sino ser como tú. Él no es especial, entonces Su Voluntad dispuso que Su Hijo fuese como Él, y, por lo tanto, tu hermano no puede ser como tú. Él no es especial, pero lo tiene todo, incluyéndote a ti. Dale sólo lo que ya es suyo, y recuerda que Dios Se dio a Sí Mismo a ambos con el mismo amor, para que ambos pudierais compartir el universo con Él, Quien dispuso que el amor jamás pudiese ser dividido ni mantenerse separado de lo que es y ha de ser para siempre.
11. Tú le perteneces a tu hermano, pues a él no se le negó ninguna parte del amor. ¿ Cómo iba a ser que tú perdieses por ser él integro ? Lo que se le ha dado a él es lo que hace que tú seas íntegro, y lo que hace que él sea íntegro también. El Amor de Dios te dio a ti tu hermano, y a ti a él porque el Padre se dio a Sí Mismo. Lo que es igual a Dios es uno con Él. Y ahora que finalmente tienes la esperanza de paz a la vista, sólo el deseo de ser especial podría hacer que el hecho innegable de que tú y tu Padre sois uno pareciese ser todo menos el Cielo.
12. El deseo de ser especial es el sello de la traición impreso sobre el regalo del amor. Todo lo que apoya sus propósitos no tiene otro objetivo que el de matar. Todo regalo que lleve impreso su sello no ofrece otra cosa que traición al que lo da y al que lo recibe. Ni una sola mirada de los ojos que él ciega deja de contemplar escenas de muerte. Todo aquel que cree en su poder no hace sin transigir y hacer concesiones para establecer al pecado como substituto del amor y servirle con gran lealtad. Y toda relación que tenga el propósito del pecado en gran estima no hace sino aferrarse al asesinato como arma de seguridad y como el protector supremo de todas las ilusiones contra la "amenaza" del amor.
13. La esperanza de ser especial hace que parezca posible que Dios hizo al cuerpo para que fuese la prisión que mantiene a Su Hijo separado de Él. Pues el especialismo requiere un lugar especial donde Dios no pueda entrar y un escondite donde a lo único que se le da la bienvenida es a tu insignificante yo. Nada es sagrado aquí, excepto tú y sólo tú, un ente aparte y separado de todos tus hermanos; a salvo de cualquier intrusión de la cordura en las ilusiones; a salvo de Dios, pero destinado al conflicto eterno. He aquí las puertas del infierno tras las cuales tú mismo te encerraste, para gobernar en la demencia y en la soledad tu reino especial, separado de Dios y alejado de la verdad y de la salvación.
Andreas Gursky - Syngapoore II - |
UN CURSO DE MILAGROS
Cap. 24,
II. La perficia de creerse especial
Foundation for inner peace
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