HUGH PRATHER- emece- 
Durante muchos años pensé que el matrimonio tendía a obstaculizar el crecimiento, que era un conjunto de prohibiciones impuestas desde afuera que acababan desalentando al individuo a abandonar una relación que resultaba vacía. Yo me basaba en el supuesto de que ninguna relación  es eterna, que cada uno tiene su propio tiempo y espacio y qeu la persona avezada sabía cuándo debía quedarse y cuándo debía marcharse. 
¿ Por qué entonces habría que regirse por un convenio basado sólo en el ideal de qudarse para siempre ?
Solía observar con recelo a las parejas con muchos años de casados. Después  de todo,  ¿ cuántos cambios podía uno permitirse habiendo  compartido diez o veinte años con la misma persona ? Y cuando hay poca variación, poco estímulo, el ser humano  tiende a estancarse. Ahora mi experiencia me ha demostrado que existe una alternativa que, al igual que muchas otras cosas, no es fácil de demostrar. Estoy convencido de que Gayle y yo no estaríamos  juntos hoy si no hubiéramos construido para nosotros, alguna clase de freno para el alejamiento. 
Al casarnos, acordamos intentar algo duradero; acordamos ciertas reglas de juego que harían muy desagradable la  separación; nos comprometimos a amarnos, a apoyarnos y a compartir equitativamente todo lo que teníamos; y lo hicimos público de modo que si fracasábamos todos lo sabrían. 
No fue algo muy sensato de nuestra parte.
Recuerdo la noche en que viajamos a Oklahoma para que nos hicieran el examen médico y así casarnos en dos horas. Yo no dejaba de repetirme: Estoy cometiendo un gran error". Doce  años más tarde, sé que mi instinto abrió una posibilidad que mi razón habría rechazado.
. . .
Cada  vez que corro mucho, siento como si mi cuerpo quisiera dejarse vencer.
Si le hiciera caso, tendría que optar por reducir el ritmo y caminar. Si ésta hubiese sido mi respuesta cuando comencé a correr, jamás  habría estado en condiciones de resistir una o dos horas y no habría podido explorar tierras yermas todos los días ni habría conocido la experiencia de tener un cuerpo con esta clase de reservas.
En otras  ocasiones he tenido la misma sensación. Cuando llegaba a una meseta física o creativa y luego avanzaba por encima de aquello que parecía ser un impedimento natural, el resultado era que ingresaba en lo que para mí era un nuevo territorio ( con sus nuevas fronteras)
. . .
Muy rara vez nos damos por vencidos cuando se trata de nosotros mismos. Siempre abrigamos esperanzas porque sabemos que tenemos el potencial para cambiar. Lo intentamos una y otra vez, no sólo para existir sino para provocar esos cambios internos que nos permitirán llevar una vida que valga la pena. Sin embargo, cuando se trata de nuestros amigos o nuestra pareja, enseguida nos sentimos defraudados, dictaminamos que son casos perdidos y tomamos distancia de ellos o tan sólo nos resignamos a vivir una mala situación.
. . .
El amor, ese mago, conoce el truco mediante el cual dos personas pueden caminar en diferentes direcciones y, sin embargo, siempre permanecen juntas.
. . .
El modo en que dos personas hacen el amor resume el estado de su relación.
Si el objetivo de una persona es llevar a la cama a otra contra su voluntad, tal vez logre su meta con el cuerpo, pero en el proceso perderá el alma. No percibirá ese intercambio de espíritus después del cual uno se aleja habiendo acumulado vida. Sentirá una pequeña muerte porque no ha hecho más que aferrarse a un cadáver.
El acto sexual en el que la otra persona es dejada de lado es una masturbación  y quien haya sido usado de ese modo sabe lo que significa sentirse un mero instrumento.
Quienes primero doblan prolijamente su ropa y luego pasan a hacer el amor no ha podido advertir que el sexo no es un acto sensato.
Lo erótico recibe su fuerza no sólo de los kilos de carne y del mero pero de dos cuerpos, sino también del dorado mundo de las sutilezas: actos comenzados y no terminados, silencios creados, palabras contenidas, ritmos construidos sobre ritmos construidos sobre ritmos, intrusiones sorprendentes, momentos de ternura y gigantezcas olas de paz.Para semejante magia es necesario  primero  quitarse de encima la razón.
. . .
Cuando funciona, el flirteo es como  una brujería. Basta una mirada para que algo  íntimamente embarazoso pueda suceder entre dos desconocidos. Seguramente en nuestros ojos se alberga algo de ese otro mundo donde todo se sabe.
. . .
Cuando hacemos el amor, instintivamente hacemos lo que queremos que nos hagas. Acariciamos a nuestra compañera en el lugar y en el modo en que queremos que nos acaricie o bien buscamos la manera de introducir el tema en la conversación. En la fiesta de Ramona observé que sucede algo similar entre dos personas que se encuentran por primera vez. La persona que quiere mostrarse cariñosa hace preguntas tiernas. El que desea hablar de su trabajo nos preguntará sobre nuestras ocupaciones. En la fiesta estaba el dueño de una galería que se esmeraba en parecer una persona respetable; sus palabras rozaban a todos los presentes con correcta frialdad. Y una  mujer que ansiaba que yo advirtiera su profuso intelecto, me abrumó con datos.
. . .
Por si yo no lo advertía en el modo en que estaba vestido, en su vocabulario, en los temas en que estaba versado, dedicó gran parte de la tarde en explicarme quién era. Y encontró en mí a un oyente perfecto. En consecuencia, nos separamos sin habernos encontrado. Una persona no es un millonario, un sacerdote,un entrenador de perros o cualquier otra cosa además de persona, independientemente de que use uniforme o represente su papel al pie de la letra. Al igual que yo, salió del útero de su madre cubierto de sangre y mucosidad.
. . .
La sinceridad también puede ser cortés. Eso es precisamente lo que carece  esa brusquedad tan popularizada, ese decir todo-con-agallas, ese hablar a-boca-de-jarro en toda ocasión.
Es una postura nada divertida, un modo de mostrarse superior y resulta agotador. Yo quiero ser sincero por respeto. Y si alguna vez debo mentir para ahorrarle a alguien un dolor inútil, entonces será mi responsabilidad mentir bien como para no tener que pensarlo dos veces.
. . . 
Se me está cayendo el pelo. A un ritmo razonable. Me da bastante  tiempo para adaptarme. Ahora, si me hicieran un trasplante de pelo, ¿ Quedaría suspendido en el tiempo ? La cirugía quita arrugas y reemplaza el cabello y una persona gana estéticamente, pero ¿pierde algo de valor? ¿ Mi cuerpo es una conferencia que el universo me dicta y que yo trataría de censurar ? ¿ O acaso son estas las típicas preguntas sobre las que se construyen los no-temas ?
Observo, en parte horrorizado, que mi cuerpo ha tomado un rumbo que sólo él conoce. Jamás llegó a la meseta prometida. Los cambios en la madurez son tan rápidos como los que se dan en la pubertad. Me han subido a una montaña rusa. Creo que tengo dos opciones: o pararme y gritar para que me bajen o sentarme a disfrutar.
La energía y el tiempo que he desperdiciado en mi vida pensando en mi cuerpo, preocupándome por casi todas sus partes en uno u otro momento: mi barbilla es muy larga, mi cuello no es lo suficientemente largo, mi nariz debería haber sido más fina, etcétera. Ahora la edad me entrega un nuevo conjunto de cambios en mi apariencia para que me preocupe. Esta mañana se me ocurrió que la ironía que tal vez me aguarde es que éste nunca fue mi cuerpo sino una casa alquilada. Es cierto que a medida que voy conociendo más a una persona pienso menos en su cuerpo. Mi atención se centra en lo que está dentro de su cuerpo.

" Tienes pechos muy hermosos" , dije. "Pero antes estaban más erguidos; eran así", me contestó. Ese es el modo en que nos matamos. Ese es el modo en que morimos. Todo el día desatamos estas pequeñas batallas contra nosotros mismos.
. . . 
La oscuridad se agolpa como veneno en nuestras mentes.
. . .
El crecimiento individual no puede anteponerse a nuestra relación con los demás; no puede porque al intentarlo deja de ser crecimiento.
Hay  personas cuyos sentimientos y cuyo bienestar están dentro de mi radio de influencia. Jamás lo olvidaré.
"Ama a tu prójimo como a ti mismo" no significa, como he oído decir a menudo, que debemos amarnos primero a nosotros mismos.  Significa simplemente que cualquier  sentimiento inferior al amor  no es a mor. El amor no excluye; por el contrario, engloba. Si una persona no ama algo fuera de sí misma,  entonces no se ama a sí misma.
. . .
http://micorazonseabreatuvoz.blogspot.com.ar/p/blog-page.html

0 comentarios :

Publicar un comentario