El plan de Dios
En el trabajo, a veces nos enfadamos porque creemos que la tarea que nos han encomendado es indigna de nosotros, o nos sentimos heridos por  el hecho de que el jefe sea otro y no nosotros. Tenemos prisa por llegar a la cumbre, sin darnos cuenta de que, al difundir el amor, vamos ascendiendo  con naturalidad. Quizá no con más rapidez, pero recuerda el cuento de la tortuga y la liebre. La tortuga, andando lenta pero ininterrumpidamente, llegó a la meta antes  que la veloz liebre.
Decir " Que se haga la voluntad de Dios " es lo mismo que decir " Que me convierta en lo mejor  que soy capaz de ser ". A medida que crecemos como personas, vamos adquiriendo una energía más responsable. La gente querrá contratarnos y trabajar con nosotros, y nuestro progreso será fácil. El éxito será un logro sin esfuerzo. Las cosas sucederán, sin más. Ya puedes tener un gran currículum, y si eres una persona  desagradable, llegará un momento en que las cosas se te pondrán difíciles. Un buen currículum puede asegurarte una entrevista importante, pero si no les gustas no conseguirás el trabajo.
Gran parte de la orientación psicológica de hoy en día es frágil, a causa de que todos hacemos demasiados esfuerzos porque pensamos que debemos hacerlos. La vía de la entrega es como dejar que Dios sea el escultor y nosotros la arcilla. En las clases de escultura que seguí en la escuela secundaria, teníamos que rociar la arcilla con agua  todos los días porque si se nos secaba no podíamos trabajarla. Así es como debemos ser para Dios:  maleables, como arcilla húmeda. Si nos apegamos rígidamente a algún objetivo, incluso el de que las cosas salgan tal como pensamos que tienen que salir, no estamos relajados, y entonces tenemos muy poco espacio para las intuiciones espontáneas.
En realidad nunca sabemos por qué vamos a alguna parte. Yo he establecido contactos que me parecía profesionales y que resultaron ser personales, y viceversa. En el mundo de Dios no hay más que un trabajo en marcha, y es el de la preparación de Sus maestros, de los que hacen la demostración del amor. El Espíritu Santo , dice el Curso, se vale de cualquier situación que se le entrega a Él como una lección de amor para todos los que participan en ella. Pero tenemos que estar dispuestos a renunciar a nuestro apego a un resultado determinado en cualquier situación. Por ejemplo, podríamos ver cierto proyecto como un medio para hacer dinero, y entonces sentirnos decepcionados  si no resulta así. Nos sentimos confundidos porque pensábamos que al hacer el esfuerzo seguíamos la guía del Espíritu Santo. Pero podría ser que el verdadero propósito de ese proyecto no fuera de ningún modo hacer dinero. No siempre sabemos por qué  el Espíritu Santo nos dirige como lo hace. 
La función del obrador de milagros es simplemente seguir instrucciones con el deseo de servir a Dios. Nuestra compensación, material y emocionalmente, llegará en el momento y de la manera que Dios quiera.
Una de las razones por las que siempre intentamos tener bajo control los resultados de nuestros proyectos es porque creemos que el universo, cuando se lo deja librado a sus propios recurso, es caótico. Pero Dios es el orden esencial. Es el principio de expansión constante del  amor en acción, en todas las dimensiones, durante toda la vida. Su poder es completamente impersonal. A Él no Le gustan algunas personas más que otras. Funciona como un ordenador. Confiar en Dios es como confiar en la gravedad.
Recuerda estos dos puntos, porque son muy importantes:

 1. El plan de Dios funciona.
2. Los tuyos no.

Tal como dice Un curso de milagros: " No tengo que añadir nada a  Su  plan. Mas para aceptarlo, tengo que estar dispuesto a no sustituirlo por el mío. Y eso es todo. Añade  algo más, y estará simplemente desvirtuando lo poco que se te pide ". No es cosa nuestra imaginar cómo hemos de cumplir los propósitos de Dios sobre la tierra. Eso no es ayuda, sino interferencia. El trabajo que debemos hacer no es otro que poner nuestro corazón y nuestro espíritu de parte de Su espíritu, que está dentro de nosotros;  que nuestra vida se convierta así en un instrumento involuntario de Su voluntad. Las intuiciones se producen. Las situaciones cambian. Nuestros esfuerzos por controlar conscientemente el despliegue de lo bueno no producen nada bueno, sino que más bien ponen de manifiesto la terquedad humana.
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Antes de cualquier situación, prueba decir esta oración:
" Dios amado, te  entrego esta situación. Que sea usada para tus propósitos. Sólo te pido que mi corazón esté abierto para dar y recibir amor. Que todos los resultados se produzcan de acuerdo con tu voluntad. Amén".
Somos lo bastante fuertes como para hacer cualquier trabajo que Él nos pida que hagamos.No te preocupes por tu propia buena disposición, dice el Curso, pero ten continuamente conciencia de la Suya. No eres tú quien hace el trabajo, sino el espíritu que está dentro de ti. Olvidar esto provoca miedo.  Un curso de milagros dice que la presencia del miedo es una señal inequívoca de que sólo confiamos en nuestras propias fuerzas.  " Si sólo confías en tus propias fuerzas, tienes todas las razones del mundo para sentirte aprensivo,  ansioso y atemorizado. " Ninguno de nosotros por sí solo tiene la capacidad de hacer milagros; sin embargo, con " el poder que tenemos dentro, pero que no es nuestro, no hay nada que no podamos hacer" .
MARIANNE WILLIAMSON
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