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El ego trata de explotar todas las situaciones para vanagloriarse, a fin de superar sus propias dudas. Seguirá lleno de dudas mientas tú sigas creyendo en su existencia. Tú que lo inventaste no puedes tener confianza en él porque cuando estás en tu mente recta te das cuenta de que no es real. La única solución cuerda es no tratar de cambiar la realidad - lo cual sería ciertamente aterrador - sino aceptarla tal como es. Tú formas parte de la realidad, la cual permanece inmutable más allá del alcance del ego, aunque fácilmente al alcance del espíritu. Cuando sientas miedo, aquiétate y reconoce que Dios es real, y que tú eres Su Hijo amado en quien Él se complace. No dejes que tu ego refute esto porque el ego no puede conocer algo que está tan lejos de su alcance como lo estás tú.
Dios no es el autor del miedo. El autor del miedo eres tú. Has elegido crear en forma diferente a como crea Él, y, por lo tanto, has hecho posible el que puedas tener miedo. No estás en  paz porque no estás desempeñando tu función. Dios te encomendó una función muy elevada que no está llevando a cabo. Tu ego ha elegido estar atemorizado en vez de llevarla a cabo. Cuando despiertes te será imposible entender esto porque es literalmente increíble.  No creas lo increíble ahora. Cualquier intento de incrementar su credibilidad es simplemente un intento de posponer lo inevitable. La palabra " inevitable " le causa terror al ego, pero es  motivo de júbilo para el espíritu. Alcanzar a Dios es inevitable, y tú no puedes eludirlo, de la misma manera en que Él no te puede eludir a ti. 
El ego tiene miedo del gozo del espíritu porque una vez que lo hayas experimentado dejarás de proteger y de atribuirle valor al miedo. Le atribuyes gran valor ahora porque el miedo es un testigo de la separación,y tu ego se regocija cuando das testimonio de ella.  ¿ Repúdialo ! No le escuches ni le ampares. Escucha únicamente a Dios, que es tan incapaz de engañar como lo es el espíritu que Él creó. Libérate y libera a otros. No les ofrezcas a los demás una imagen de ti mismo falsa e indigna, ni tampoco aceptes una imagen similar de ellos. 
El ego ha construido para ti un hogar mísero e inhóspito porque no puede construir de ninguna otra manera. No trates de mantener en pie ese hogar ruinoso. En su debilidad radica tu fuerza. Sólo Dios pudo erigir un hogar digno de Sus creaciones, las cuales han elegido dejarlo vacío,  desahuciándose así a sí mismas. No obstante, Su hogar seguirá en pie eternamente, listo para cuando decidas entrar a ocuparlo. De esto puedes estar completamente seguro: Dios es tan incapaz de crear lo perecedero como el ego de fabricar lo eterno.
Desde tu ego no puedes hacer nada para salvarte o para salvar a otros, pero desde tu espíritu puedes hacer cualquier cosa para salvar a otros o para salvarte a ti mismo. La humildad es una lección para el ego, no para el espíritu.
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Yo  ( Jesús ) seré un substituto de tu ego si así lo deseas, pero nunca de tu espíritu.  Un padre puede dejar su hijo al cuidado de un hermano mayor que haya demostrado ser responsable, pero esto no entraña confusión alguna acerca de quién es el padre. El hermano puede proteger el cuerpo y el ego del niño, pero eso no lo lleva a creer que él sea el padre. Me puedes confiar tu  cuerpo y  tu ego debido únicamente a que eso te permite desentenderte de ellos y me deja mostrarte que no son importantes. Yo  no podría entender lo importantes que son para ti si yo mismo no hubiese estado tentado de creer en ellos. Aprendamos juntos esta lección para que juntos podamos liberarnos de tu cuerpo y de tu ego.
Necesito maestros dedicados que compartan mi objetivo de sanar a la mente. El espíritu no tiene ninguna necesidad de que ni tú ni yo lo protejamos. Recuerda lo siguiente:

En este mundo no hay por qué tener tribulaciones porque
yo he vendido al mundo. Por eso es por lo que debes estar 
animado.

UN CURSO DE MILAGROS
Capítulo IV




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