Black kitten in Green - Josh Agle 2012 -
Cuando el propósito es claro no se cuestiona lo que hay que hacer. En última instancia, nuestro progreso no se ve en lo que hacemos sino en lo que percibimos como meta: el objetivo del ego o el propósito Divino. Y eso está determinado por lo que elegimos consultar dentro de nosotros cada vez que tomamos una decisión. Es  imposible no  consultar  algo  . Si pensamos que el pasado y el futuro son guías adecuados, no creeremos que el impulso del Amor  pueda dirigirnos.

El propósito de Dios no se puede conjeturar ni racionalizar, debe ser experimentado. No se puede meramente suponer o ingenuamente interpretar, porque ésas son formas de evitación. Sirven para reforzar nuestra creencia en que la bondad  puede estar oculta y que lo destinado a ayudarnos puede llegar a nosotros en forma de " prueba " o maldición. Esto, por supuesto, carece de sentido, porque Dios es justo, el Amor está presente y la Verdad es inequívoca.

Gina and the cat - Josh Agle 2007 -
Pedir orientación a nuestro Corazón de paz facilita nuestro reconocimiento de las amables consecuencias de lo que hacemos. No obstante, pedir no asegura un resultado benéfico. Nuestra herencia Divina y por lo tanto nuestro derecho es ser bendecidos. La bendición  no puede sernos negada, pero no hay duda de que puede ser soslayada. Dejar toda decisión en manos de Dios protege nuestra mente de una visión conflictiva. El amor contenido en nuestra percepción determina cómo caracterizamos nuestras relaciones, nuestra salud y nuestro sentido de la abundancia de vida.

Hacia qué nos  dirigimos en busca de consejo no genera el futuro, pero afecta la experiencia que tendremos del mismo. A este respecto , nuestra felicidad proviene de aceptar la dirección de Dios y perder interés en lo estrictamente personal y  en nuestros instintos. Como generalmente operamos como si nuestro futuro estuviera en nuestras manos, para liberar la mente de temores es útil  pedir orientación al tomar decisiones respecto del futuro.

Comienza con esas elecciones que generan ansiedad, sin sopesar su importancia. 
1ro. : pregunta qué  se debe hacer? 
La respuesta puede llegar rápida o gradualmente. Cuando percibas tu pacífica preferencia, actúa con confianza, luego. . .
2do.: espera alegremente hasta que sientas la necesidad de volver a preguntar. 
Evidentemente no debes  actuar hasta que sepas desde qué parte de ti estás actuando.

Josh  Agle - Animal Kingdom paintings. - 
Una buena regla general es no preguntar qué hacer hasta que la decisión pueda ser transformada en acto en el presente. Pedir a Dios prematuramente es meramente requerir que tu ansiedad sea aliviada y la respuesta que recibas puede no ser más que eso. No se relacionará necesariamente con la orientación que recibirías más tarde. Otra regla es no volver a considerar la respuesta - que en última instancia surgió de la fe - a menos que parezca que por continuar en la decisión alguien está siendo herido.

Tenemos la posibilidad de debilitar tanto nuestra capacidad de escuchar, que la respuesta parecerá ir y venir o será escuchada sólo después  que hayamos preguntado más de una vez. Pero no son necesarias muchas preguntas, además, generalmente agregan incertidumbre al proceso. Cuando actúas según el pacífico impulso que sientes, se trata de la respuesta correcta y en consecuencia tu capacidad de recibir orientación crece rápidamente.


3ro.: Una tercera pauta es la comprensión del modo como la orientación llega a la mente. Es poco probable que recibas amplias instrucciones acerca de cambios dramáticos en tu situación de vida.  Es más probable que te sea indicado un paso cada vez que deba ser tomado.  Por lo tanto es útil recordar que tú no sabes adónde conduce cada cosa que te es dichas. Claramente no hay una mera meta personal que puedas imaginar que arrojaría luz sobre el Propósito que está detrás de tus instrucciones interiores. Alégrate de tomar cada pequeño paso como se te indica, sabiendo que llegará el momento en que mirando atrás verás un  significado más vasto y bello que cualquier cosa que hayas imaginado.

Una pauta final es recordar que no estás buscando conductas recomendadas sino actitudes sanas. Lo Divino no se ocupa de la papa que elegirás o en qué fila te ubicarás sino de que elijas y estés en paz, sintiendo lo mejor que puedas tu conexión con los que te rodeas.

La aparente necesidad de decidir es en realidad un conflicto interior. La mente se detiene en incertidumbre. Pedir orientación es una manera segura de reconocer la Fuente y devolver paz a tu mente. No obstante, cuando no experimentas vacilación en lo que haces y te sientes en paz, no es necesario preguntar frente a cada detalle. Cuando te hallas en ese estado sin forzamiento, los que te rodean generalmente se siente bien y,  por cierto, nadie sufre debido a tus palabras y acciones.

Josh Agle - Bosa Nova Now - 
Siempre que sea posible, haz que tus momentos de preguntar sean momentos de escuchar en calma.  No hay duda acerca de qué hacer, y es esto lo que verdaderamente estamos aprendiendo. Nuestra voluntad y la de Dios están en perfecto acuerdo.  Sólo el ego es indeciso. Sólo el ego es indeciso. Sólo él experimenta la necesidad de cuestionar. Nuestro propósito es desviarnos suavemente de la duda y de la confusión y proseguir en paz. Si logramos esto escuchando sin preguntas y agradeciendo, estaremos mejor que si creemos que el consejo que  recibiremos es la Respuesta completa. Entonces, siempre que las circunstancias lo permitan, abandona tu evaluación del problema, deja de lado toda pregunta y toda exigencia y dirígete directamente a Dios. Lo que es necesario decir o hacer fluirá de una paz pura y carente de conflicto.

No somos los " creadores de nuestra realidad " ni determinamos el curso de los eventos futuros ;  eso haría que un Plan careciera de sentido. No podemos extraviarnos a nosotros mismos sin alterar las actividades de todos aquellos que encontramos en nuestro camino. Si el Universo contuviera un error, su perfecto funcionamiento se vería afectado. Alterar la Realidad y modificar la Verdad no forman parte de la libre voluntad, sin embargo el ego dirá que admitiendo nuestra falibilidad nos hacemos humildes.   Pero, ¿ es humildad proclamar la capacidad de cambiar la Vida ? 


No estamos en el punto de control sino en el punto de elegir entre dos interpretaciones. No elegimos entre mil diferentes futuros, sino  que decidimos cómo hemos de caracterizar nuestra parte en el intercambio entre la criaturas de Dios.

No podemos controlar los eventos externos, porque sólo si nos definimos a nosotros mismos como algo pequeño y débil podríamos creer que todo es externo. Igual que un cuerpo, los eventos nos sorprende. Nos sentimos vulnerables y solos. Lo único que varía es el grado en que somos " tomados por sorpresa ". Tratamos de esforzarnos intentamos tomar en nuestras manos nuestra pequeña vida e indicar a otros cómo actuar, pero muy rápidamente cualquier sensación de progresar en esta dirección se desvanece.

Hay otro Hacedor de este mundo: todos los errores los traduce en pasos precisos hacia la libertad. No podemos hacer nada que no haya sido  anticipado y transformado en un beneficio para nosotros y los que nos rodea.  Pero se debe ver esto antes de que parezca funcionar dentro de nuestra experiencia. En el nivel de la interpretación Divina, todo lo que es verdad en los Cielos es verdad en la tierra. Y se puede  reconocer esto como el modo en que las cosas  operan verdaderamente aquí y ahora. En los Cielos no hay necesidad de  decisiones porque Todo ya nos ha sido dado por Dios.

No es necesario que nos ocupemos de ver cómo obtener más, es necesario que veamos que lo  tenemos  Todo. Al futuro se le pide que nos provea de lo que actualmente carecemos. ¿ Pero qué podría  ser agregado a Todo ? Nuestro camino es un cambio  mental: de una ilusión de necesidades a una Realidad de completud.

Es como si estuviéramos revisando lo que ya ha sucedido. Estamos mirando por última vez un sueño viejo y fracasado. Una revisión no pide que elijamos entre eventos sino que reinterpretemos la totalidad. Lo que ocurre en un sueño es lo mismo, porque sigue siendo un sueño. Entonces, la verdadera elección es continuar soñando o despertar. Dios viene a despertarnos. Es un amable despertar, porque todo lo que creímos haberle hecho a la Realidad no tuvo efecto. El Amor es por siempre Amor. Y tú eres el niños que Dios ama.

Hoy se nos presentará mil veces la oportunidad de despertar. Viendo que esta oportunidad existe siempre, podemos soltar el futuro y elegir este instante. Podemos estar contentos de que los hechos se desarrollen a su propio ritmo, de que nuestro cuerpo narre su pequeña historia y de reconocer que sea cual fuere la dirección en que la vida nos lleve no puede afectar nuestra Realidad. Elegimos a Dios, es decir que elegimos ser buenos. Elegimos el amor, ser de ayuda inmediata, verdadera caridad. Las únicas preguntas con :  ¿ Estoy dispuesto a cumplir la función que el Amor me ha dado en este momento ?  ¿ Estoy dispuesto a perdonar mis errores y los de los demás ?  ¿ Estoy dispuesto a ser feliz y libre en este momento y, mediante mi Mente sagrada, dar un poco de descanso a todo el mundo ? 

Hugh Prather 
Brillar o no brillar.


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