Sólo mis pensamientos pueden herirme.

El ego quiere hacernos creer que todo lo que nos hace desgraciados está fuera de nosotros. Luchará con nosotros todo el camino. No quiere que sepamos que el mundo que "vemos" está determinado por nuestros propios pensamientos. Quiere hacernos creer que todo lo exterior es la "causa" y que lo que nos sucede es el "efecto". Siempre nos haría buscar en el mundo exterior al culpable de lo malo que nos ocurra.
¿ Ha pensado alguna vez que cuando usted se siente totalmente en paz, la gente y la situaciones que usualmente le afectan ya no lo hacen? Como padre quizás el ruido que hacen sus   hijos cuando juegan lo irrita algunas veces, pero cuando se siente en paz consigo mismo ni lo nota. El ruido puede ser exactamente el mismo, pero la única diferencia es su estado mental.
El estado de nuestra mente es el responsable de lo que hacemos y experimentamos. Cuando estamos tranquilos con nosotros mismos, las cosas que nos pasan parecen desprovistas de amenaza. En lugar de poner energía en la negatividad , pongamos energía para mantener la paz interior. 
Como mucha gente es probable que experimente la sensación de acostarse por la noche sintiéndose nervioso y no en paz. Quizá se sentía culpable porque llegó tarde al trabajo o a una cita. La discusión con alguien en la que mantuvo una posición equivocada. O quizá sentimientos de ira y venganza porque creía que alguien había hecho algo para herirlo. 
Quizás usted despierte por la mañana enfadado y perturbado, pero inmediatamente niega estas sensaciones. Entonces la primera persona que se encuentra por la mañana le dice: " ¡ Qué irritable estás esta mañana ! ¿ Qué te pasa  ? ¿ Te has levantado con el pie izquierdo ? ". Y usted responde: " No, estoy muy bien. Tú eres el que está irritable ".
Y se da cuenta de que en realidad está irritado. El ego proyectó las sensaciones que usted experimentaba a raíz de las luchas con su propia mente, hacia la otra persona.

Cuando tenemos paz interior no hay luchas en los pensamientos
de nuestra mente. Pero cuando se producen estas luchas interiores,
nuestro ego hace lo posible para proyectar estos conflictos hacia otras
personas y situaciones. Entonces vemos el error en otra persona y
sentimos que nuestra ira es justificada. Cuando nos encontramos en
estas situaciones, es fácil creer  al ego y negar que la causa de lo que experimentamos
           esta dentro de nuestras    mentes.


Ejemplo:

Después de una clase de taller sobre la curación de las relaciones que vimos en la Universidad de California, es Santa Bárbara, un hombre llamado Michael, de unos cuarenta años, nos llevó al aeropuerto. Por el camino nos contó la siguiente historia.

En el Instituto, Michael se distinguió como corredor de pista y ganó toda clase de premios. Se sentía muy orgulloso de sus logros y esto constituía la fuente principal de su autoestima.  
Pero nos dijo que uno de los mayores dolores de su vida había sido que su padre nunca fue a verlo correr. Michael hacía muchos años que soportaba esta herida.
Un año tuvo que volver a su ciudad natal para asistir a una reunión de ex compañeros del instituto y se sorprendió  al encontrar a su viejo entrenador allí. El entrenador le preguntó cómo estaba su padre. Michael se sorprendió y le dijo: " ¡ No  sabía que conociera a mi padre ! ". El entrenador lo miró dudando y dijo: " ¡ Por  supuesto que lo conozco ! Estuvo presente en todas tus carreras ".
Michael dijo: " Lo siento pero se equivoca. Mi padre nunca vino a verme correr y esto me ha dolido siempre ".
El entrenador repitió: " Michael, no estoy equivocado. Tu padre ( y lo llamó por su nombre ) era uno de tus admiradores ".
Aquela noche Michael fue a ver a su padre y le contó la conversación que había tenido con el entrenador.
Con lágrimas en los ojos, el padre de Michael le dijo que  el entrenador tenía razón y que él había ido a todas sus carreras.  "Estaba muy orgulloso de ti. Pero siempre me quedaba atrás porque no quería avergonzarte ".
El padre de Michael llegó a los Estados unidos en su juventud. Siempre sintió timidez e inseguridad porque hablaba inglés con marcado acento y siempre sen consideró un  "extranjero ". Hasta aquel momento Michael no se había dado cuenta de lo consciente que su padre había sido de aquella situación.
Michael nos contó que durante años había creído que su padre era su enemigo, basado en la idea de que nunca había ido a verlo correr. Nos dijo que con el taller se dio cuenta de que el enemigo no era su padre sino los pensamientos negativos de su propia mente.
La historia de Michael nos recuerda que nuestras percepciones nunca son las de un todo, y que lo que vemos está determinado por lo que creemos. Muchas personas van por la vida con relaciones no curadas producidas por percepciones equivocadas como las de Michael.

Hoy pensaré que la ira que podría sentir está producida por
una lucha en mi propia mente. 
Puedo elegir no proyectarla sobre otros.


AMAR ES LA RESPUESTA
Gerald G. Jampolsky
Diane V. Cirincione
Ed. PAIDOS

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