Bianchini-Ferier (designer and maker) |
Entre los religiosos, el chivo expiatorio multi-propósito es el mal. Al culparlo por las dificultades que encontramos en la vida evitamos reconocer nuestros propios errores. Al identificar nuestra sombra, comenzamos a entender que el mal no es algo que deba ser destruido, sino mas bien perdonado y deshecho. El mal es una construcción del ego, el símbolo de todo aquello que no anda bien en el mundo. El mal es el objeto sobre el cual arrojamos nuestra culpa y miedo. El mal es nuestra proyección. No tiene poder alguno. De hecho, no es nada. No abriga ninguna realidad "eterna". Pero mientras sigamos proyectando, parecerá que sí tiene un enorme poder.
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"La diferencia fundamental entre el capitalismo
y el comunismo es que bajo un régimen capitalista,
el hombre explota al hombre.
En un régimen comunista, es al revés".
John Kenneth Galbraith
La terapia suele fallar justo cuando el verdadero cambio es posible. Cuando alcanzamos el punto en el que podemos contemplar nuestras proyecciones, el miedo nos invade y dejamos de mirar. El Dr. Carl Jung estaba tratando a un paciente de cuarenta y cinco años quien repentinamente prorrumpió diciendo "¡Nunca podría admitir ante mi misma que he desperdiciado los mejores veinte años de mi vida!".
Se necesita coraje para aceptar la responsabilidad de nuestras proyecciones. Al dejar de proyectar nuestros problemas sobre los demás, comenzamos a observar nuestra propia responsabilidad en todo lo que sucede. Sea lo que sea que vemos ahí afuera, es parte de nuestra propia psique y necesita sanación y perdón.
" Si puedes imaginar a alguien lo suficientemente valiente
para cancelar todas sus proyecciones,
conseguirás un individuo consciente de una considerable sombra.
Un hombre así no puede seguir diciendo ´ellos´ deben ser enfrentados.
Un hombre así sabe que todo lo que está mal en el mundo
se encuentra en él
y si sólo aprende a enfrentarse con su propia sombra,
estará haciendo algo real para el mundo.
Él ha tenido éxito en cargar con la responsabilidad
de al menos una parte infinitesimal del gigantesco problema social
de nuestros días que aún se encuentra sin resolver "
"El hombre y sus símbolos", Carl G. Jung
Cuanto mayor sea la separación que sentimos, tanto más pensaremos que los demás están ahí para atacarnos. Cuanto más perseguidos nos sintamos, menos reconoceremos que no tenemos nada que ver con nuestros sentimientos.
" La proyección implica ira; la ira alienta la agresión
y la agresión fomenta el miedo".
T-6.I.3:3
UCDM
Art on Silk |
Siempre que elegimos vernos como objetos de persecución, fracasamos en asumir la responsabilidad de nuestra propia vida. No se puede proyectar y decir la verdad al mismo tiempo. Admitir un error en la percepción, abre la puerta para una percepción mayor. Sin importar el tipo de desdicha que estemos experimentado, no podemos culpar a Dios, no podemos culpar al mal, no podemos culpar a nuestro s padres, hijos, cónyuge o amante, al gobierno de los Estados Unidos, a nuestro jefe o nuestros empleados.
No culpar a nadie por nuestra desdicha no quiere decir que debamos culparnos a nosotros mismos. Culpar es encontrar errores y encontrar errores implica juzgar, condenar y castigar. El hecho de culpar refuerza la separación. Cuando nos culpamos a nosotros mismos, reforzamos nuestra propia experiencia de separación y culpa. Asumir la responsabilidad simplemente significa reconocer que se necesita un cambio, una corrección ya sea en el pensamiento, en la percepción o en la actidud. Necesitamos amor y junto con él, la sanación a través del perdón.
Dr. Jon Mundy
Descubriendo
UN CURSO DE MILAGROS
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