LA PROBREZA DE LA SUPERIORIDAD MORAL
En "La guerra de las Galaxias", Obi Wan Kenobi y Darth Vader se baten a duelo con sus espadas láser. Mientras luchas, Obi Wan le dice a Darth "Derríbame y me volveré miles de veces más poderoso". En el momento preciso en el que Obi Wan es abatido, sabemos con certeza que su energía ha sido liberada para un bien mayor. Y eso mismo sucedió con Jesús. Aquellos que atacaron y mataron a uno que representaba el amor, terminaron demostrando que el espíritu del amor no puede ser destruido. Aunque parezca extraño, consiguieron exactamente el efecto opuesto al que querían. No puedes matar a Jesús, a Martin Luther King o a Gandhi.
En la crucifixión de Jesús, un mensaje y un ministerio confinado a un diminuto lugar de la tierra, estuvo disponible para todo el mundo. Los fariseos arremetieron por ignorancia, ira y percepción errónea. Jesús fue a la cruz para demostrarnos que el ataque nunca funciona.
Las personas que actúan desde una superioridad moral, están en constante peligro de ser traicionados por el ego. Las personas que se sienten moralmente superiores, son los que tienen una menor probabilidad de obrar desde su mente recta, siendo así quienes caen fácilmente en la demencia de atacar a otros hijos de Dios en el nombre de Dios. Los fariseos de la época de Jesús eran gentes religiosas con vigas tan grandes en sus ojos que no pudieron ver sus propias proyecciones.
"En verdad os digo que los publicanos y las meretrices
irán antes que vosotros al reino de Dios".
Mateo 21: 31
Cuando surge la ira, el perdón y la unión son necesarios. Cuando en el Curso de Milagros , Jesús afirma que nuestro hermano es parte nuestra, lo hace en un sentido muy literal. La otra persona con la cual estás a punto de enojarte, eres tú. Jesús deja muy en claro que lo que hace falta es perdón y el perdón reconoce que aquello que pensaste que tu hermano te había hecho nunca sucedió. El perdón no absuelve el pecado y lo hace real. El perdón contempla que no hubo pecado. Reconoce que la paz y el amor de Dios todavía están contigo, independientemente de todo error que tú o tu hermano pudieran haber cometido.
" El perdón, en cambio,
es tranquilo y sosegado,
y no hace nada.
No ofende ningún aspecto de la realidad
ni busca tergiversarla para que
adquiera apariencias que a él le guste.
Simplemente observa, espera y no juzga".
L- pII.401.4:1-3
Jon Mundy
Descubriendo
Un Curso de Milagros
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