Anselmo Píccoli - Balanceo formal - |
2. El ego es demente. Lleno de miedo, cree alzarse más allá de lo Omnipresente, aparte de la Totalidad y separado de lo Infinito. En su demencia cree también haber vencido a Dios Mismo. Y desde su terrible autonomía "ve" que la Voluntad de Dios ha sido destruido. Sueña con el castigo y tiembla ante las figuras de sus sueños: sus enemigos , que andan tras él queriendo asesinarlo antes de que él pueda proteger su seguridad atacándolos primero.
Anselmo Píccoli |
4. Conocer la realidad significa no ver al ego ni a sus pensamientos, sus obras o actos, sus leyes o creencias, sus sueños o esperanzas, así como tampoco los planes que tiene para su propia salvación y el precio que hay que pagar por creer en él. Desde el punto de vista del sufrimiento, el precio que hay que pagar por tener fe en él es tan inmenso que la ofrenda que se hace a diario en su tenebroso santuario es la crucifixión del Hijo de dios. Y la sangre no puede sino correr ante el altar donde sus enfermizos seguidores se preparan para morir.
5. Una sola azucena de perdón, no obstante, puede transformar la obscuridad en luz y el altar a las ilusiones en el templo a la Vida Misma. Y la paz se les restituirá para siempre a las santas mentes que Dios creó como Su Hijo, Su morada, Su dicha y Su amor, completamente unidas a Él.
Anselmo Píccoli - Persistencia de un ritmo - |
Libro de ejercicios
12. ¿ Qué es el ego?
Fundación para la paz interior.
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