Esta Navidad entrégale al Espíritu  Santo todo lo que te hiere. Permítete a ti mismo ser sanado completamente para que puedas unirte a Él  en la curación, y celebremos juntos nuestra liberación liberando a todo el mundo  junto con nosotros. Inclúyelo todo, pues la liberación es total, y cuando la hayas aceptado junto conmigo la darás junto conmigo.  Todo dolor, sacrificio y pequeñez desaparecerá  de nuestra relación, que es tan pura como la relación que tenemos con nuestro Padre, y tan poderosa. Todo dolor que se traiga ante nuestra presencia desaparecerá, y sin dolor no puede haber sacrificio. Y allí donde no hay sacrificio, allí está el amor.

Esta es la época en la que muy pronto dará comienzo un nuevo año del calendario cristiano. Tengo absoluta confianza en que lograrás todo lo que te propongas hacer. Nada te ha de faltar, y tu voluntad será completar, no destruir. Dile, entonces, a tu hermano: 

Te entrego al Espíritu Santo como parte de mí mismo.
Sé que te liberarás,a menos que quiera valerme de ti
para aprisionarme a mí mismo.
En nombre de mi libertad elijo tu liberación porque
reconozco que nos hemos de liberar juntos.

De esta forma damos comienzo al año con alegría y en libertad.
Es mucho lo que aún  nos queda por hacer, y llevamos mucho retraso. Acepta el instante santo con el nacimiento de este año, y ocupa tu lugar - por tanto tiempo vacante - en el Gran Despertar. Y permite que todas tus relaciones te sean santificadas.Ésta es nuestra voluntad. Amén.

UCDM
La Navidad como símbolo del fin del sacrificio
Cap. 15

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