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Francoise Collandre - Mujer dormida - |
De nada te serviría el que yo menospreciase el poder de tu
pensamiento. Ello se opondría directamente al propósito de
este curso. Es mucho más eficaz que te recuerde que no ejerces
suficiente vigilancia con respecto a tus pensamientos.
T.2.VII.1.5-7
Cuando alguien nos "hace" algo, o se lo "hace" a alguien que amamos, lo primero que surge en la mente es el deseo de venganza, de ataque, de causar daño o dolor a esa persona para que sufra en carne viva "por lo que hizo".
Esos son los momentos en los que, para la gran mayoría de nosotros, solo con años de esfuerzo y de mantener la vigilancia de nuestros pensamientos podemos salir victoriosos de la gran batalla interna que se desata entre la parte de nosotros que se entregó de lleno a la práctica de las enseñanzas del Curso, y la mente errada del falso yo que hemos creído ser, que clama venganza, para que la otra persona pague por el dolor que causo.
Uno de los engaños más grandes en el que hemos caído es creer que todos los pensamientos que tenemos son verdaderos pensamientos. Sin embargo, solo los pensamientos que son de Dios o que pensamos con Él son verdaderos. Todos los demás son falsos. Pero como creemos que son verdaderos, no los confrontamos. No creemos tener ese poder y, mucho menos, que podamos rechazarlos y negarles entrada a nuestra mente.
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Francoise Collandre - La pareja - |
Pensamientos de todo tipo aflorarán en cada mente fragmentada, de la misma manera en que las ondas televisivas que se desplazan por la atmósfera pueden ser captadas por una ante.a No podemos evitarlo, pues están en la mente errada, la cual "compartimos" , por así decirlo, con nuestros hermanos. No es que realmente la podamos compartir en el estricto sentido de la palabra, pues solo lo que es real y de Dios se puede compartir, pero al estar todos en este sueño, " todos tenemos " las ideas y pensamientos que se producen en él, ya que es un sueño colectivo.
Mas si todo comienza en la mente, es de suprema importancia que la propuesta de reclamar la soberanía de la tuya se vuelva una práctica que te tomas en serio, si quieres servir al Plan de Dios para la salvación de Su Hijo. Solo se necesita un cierto número de personas cuyas mentes se hayan abierto al milagro, para poder cambiar del sueño de muerte al sueño feliz. Esto es así porque este mundo es un mundo de "más y meno", necesitamos una masa crítica que esté dispuesta a pensar como piensa Dios para poder cambiar de sueño.
Todos estamos aquí soñando, el elemento base de todos los sueños es el miedo. Los pseudo pensamientos que surgen tienen como propósito apoyar la continuidad del sueño de muerte en el que el ego reina. Los que se anoten a servir en el Plan de Dios harán todo lo que esté a su alcance para darle fin a ese sueño, así invitarán a Jesús a que entre en sus mentes y more allí, mas solo para que ´El pueda ayudarles a mantener la vigilancia de la mente.
Se que he hablado anteriormente de la necesidad de estar vigilantes y de negarle la entrada a todo pensamiento que no sea de Dios, pero es algo de lo que nos olvidamos tan fácilmente que requiere mucha repetición para que se grabe en nuestra mente, pues pensar como normalmente pensamos, en situaciones en las que nos sentimos agredidos o injustamente tratados, es realmente un hábito de pensamiento, una reacción ya programada. Ante ese tipo de situación siempre surgen los de ojo por ojo y diente por diente; este es el hábito que hay que mirar de frente y decidir romper. Lo comenzamos a quebrar al confrontar y negarle la entrada a esos pensamientos no amorosos desde el entendimiento de que no son reales y al pedir ayuda y clamar por la Expiación. Esta práctica se puede convertir igualmente en un hábito, que es lo que queremos; pero es uno que está en armonía con la Ley del Amor y forma par te del adiestramiento de la mente a la que conduce el estudio del Curso.
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Francoise Colandre - Mujer y paloma - |
Aquellos que realmente quieren alcanzar a Dios se convierten en seres mucho más vigilantes de sus pensamientos pues han comprendido que todo tiene lugar en la mente. Al principio, esto requiere esfuerzo porque, como ya se dijo, creemos que todos nuestros pensamientos son reales y que tienen valor porque los hemos pensado. Sin embargo, ningún pensamiento que no sea de Dios tiene significado o valor alguno. Nosotros le otorgamos valor, nos lo creemos y, por supuesto, vivimos aquí las consecuencias de ese tipo de pensamiento; luego pensamos que lo que nos pasa está determinado por cosas de "allá fuera".
El ego, en su inquebrantable compromiso de deshacerse de la culpa proyectándola, nos ha engañado hasta tal punto que creemos que podemos escaparnos de lo que le deseamos o le hacemos a otro, cuando, en realidad, es totalmente al revés. El mal que le deseemos a otros regresará a nosotros con la misma intensidad que lo lanzamos. En nuestra falsa identificación creemos ser el ego, y cuando oímos sus gritos, sus alaridos clamando venganza, pensamos que somos nosotros mismos dándonos un buen consejo para "salvarnos" del desaire, para "ganar" y salir victoriosos de la situación. Así, nos damos el permiso de atacar al hermano, de desearle el mal e, incluso, la muerte.
El Espíritu Santo, consciente de que lo que le deseamos a otro retorna a nosotros, nos insta, en cambio, a perdonar, a bendecir, a ver lo bueno, y sobre todo, a dar testimonio de la inocencia del otro. Así hace de nuestro caminar aquí algo grato y feliz.
No obstante , es imprescindible que busquemos en nuestro interior todos estos pensamientos que tienen que ver con desearle el mal a otro y se los entreguemos al Espíritu Santo, para que Él los cancele, tanto para el otro como para nosotros.
Si ves que tu intención de mantenerte vigilante de tus pensamientos flaquean, clama por el Espíritu Santo de inmediato, para que te ayude a fortalecer tu propósito. Él mirará más allá de tu flaqueza, a la Expiación, que es la única defensa que tenemos. Es posible que aún no hayas aprendido a emplearla como una defensa, pero eso no importa. Cuando experimentes el resultado de usarla de esta manera, empezarás a invertir en ella . . . a verla como algo que tal vez no puedas explicar, pero de lo que ya tienes una experiencia directa.
Si estás en una situación que crees que no puedes superar, y los sentimientos de ser víctima de algo o de alguien son tan intensos que hacen imposible que quieras perdonar, detenta y dile al Espíritu Santo:
- Donde estoy ahora mismo no puedo perdonar.
Espíritu Santo, decide en favor de Dios por mí
en esta situación - .
Al reconocer tu debilidad y pedirle al Espíritu Santo que elija en favor de Dios por ti, estás poniendo de manifiesto tu buena voluntad y , al final, eso es lo único que se necesita pues es lo único que podemos hacer o aportar.
Aunque ya he hablado de los pensamiento que nos producen terror, quiero extenderme más en el tema. Cuando surge un pensamiento de terror, si no estamos firmes con la vigilancia de nuestros pensamientos, nos dominará el miedo y no lo confrontaremos. Nos acobardaremos e intentaremos huir de dicho pensamiento, ya sea moviéndonos de sitio rápidamente o moviendo la cabeza de lado a lado, o diciendo " ¡ Oh, Dios mío ! ". Creeremos estar a merced de una mente que nos trae pensamientos de que nos asustan y que no queremos. Pero esto sucede porque creemos firmemente que todos nuestros pensamientos son reales. pero no es así. Solo los que compartimos con Dios lo san.
Nunca te olvides de que no tienes por qué tenerle miedo a ningún pensamiento, por terrible y temeroso que parezca. No te acobardes y lo dejes pasar sin confrontarlo. Niégalo y luego sustitúyelo con un pensamiento sano, por ejemplo:
- Dios es Amor y ese pensamiento que tuve no es Su Voluntad
ni la mía tampoco - .
Todos aquí te necesitamos . . . y necesitamos que ocupes tu lugar en el Plan de Dios. Grande será tu dicha cuando lo hayas hecho.
ROSA MARÍA WYNN
EL APRENDIZ IMPECABLE
CAP. 17 Manteniendo la vigilancia
http://micorazonseabreatuvoz.blogspot.com.ar/p/rosa-maria-wynn.html