AFERRADO AL PASADO
¿Se ha encontrado alguna vez en una situación de paz conduciendo el coche en un día hermoso o caminando solo, cuando de repente se sintió agitado o alterado y no pudo saber por qué ? Cuando ocurre esto, suele significar que su mente se ha deslizado a un momento del pasado, a un momento en que quedó un asunto sin resolver. Es como si la vieja batalla fuera nueva y ocurriera en el presente.
Nuestras percepciones del pasado se convierten en proyecciones del presente si abandonamos nuestro centro en el presente y nos deslizamos en el dolor y el miedo que rodearon a aun asunto del pasado que no hemos resuelto aún. Es raro que nos demos cuenta en el momento en que esto sucede, y el pasado horrible y negativo parece ocurrir ahora. En realidad, todos nos enfrentamos con el presente. ¡ Piense en ello ! ¿ Alguna vez no ha sobrevivido al presente ?
Nuestras mentes y nuestras relaciones se convierten en rehenes del pasado cuando proyectamos el dolor y el conflicto de viejas relaciones al presente. Hasta que somos conscientes del presente, del presente, nuestras relaciones pueden oscurecerse con las nubes negras de las cosas no resueltas del ayer.
Cada vez que nos encontramos perturbados, es casi seguro que la fuente real del conflicto está o en el pasado o en nuestros miedos del futuro, pero decididamente no en el presente. La mente inconsciente tiene muchas maneras para convencernos de que nuestro presente perturbado nada tiene que ver con el pasado.
Recuerde que lo ocurrido hace cinco o diez minutos, está ahora en el pasado. Cada vez que usted se encuentra en un pasado de inquietud, deténgase y formúlese la pregunta siguiente; " ¿ Sucede ahora lo que me altera o se trata de un momento del pasado ? ¿ Proyecto mis temores hacia el futuro ? ".
La mente proyecta las viejas películas una y otra vez. Los viejos dramas se repitan y nuestras vidas empiezan a parecerse a una serie de repeticiones. La mente dividida nos oculta la verdad; que la fuente de nuestro conflicto es un asunto no resuelto del pasado y que el pasado nada tiene que ver con el presente.
Si cada día reconocemos y decidimos resolver los asuntos no terminados del pasado, nos ayudará a liberarnos y a poder vivir en el presente.
EL MIEDO AL AMOR Y A LA INTIMIDAD
Resulta difícil pensar que tengamos lo que deseamos. Pero para muchos de nosotros el miedo mayor es el amor y la intimidad. Esto ocurre porque se nos hirió en el pasado y sentimos que debemos hacer todo lo posible por evitar que vuelvan a herirnos. Solemos sentir que no somos dignos de amor y, por miedo al rechazo, hasta podemos crear una actitud de indiferencia que aleja a las personas, así no tenemos que correr el riesgo de ser rechazados.
Cuando nos sentimos solos y sin relaciones íntimas, nos convecemos de que el mundo es un lugar injusto. Estos sentimientos se volverán particularmente intensos cada vez que veamos a otras personas abrazándose, besándose y acompañándose.. Cuando nuestro resentimiento o enfado crece, enviaremos mensajes negativos que alejan más aún a la gente. A veces, aunque no sea nuestra intención, la energía que creamos a nuestro alrededor dice: " ¡ No se acerquen ! ".
Aunque sintamos la necesidad de proximidad e intimidad.
En muchos de nosotros el miedo a la intimidad comenzó en la infancia. Muchas de las experiencias de la infancia están alteradas en la memoria y nos dicen que solamente nos amarán si nos desenvolvemos bien. Como tememos ser juzgados negativamente, tememos arriesgarnos en el intercambio social. Sentimos que nos faltan las palabras, o, al tener la sensación de no ser aptos, deseamos no relacionarnos mucho con otras personas porque tenemos miedo que tarde o temprano esto conduzca a relaciones sexuales y se juzgue negativamente nuestra conducta.
Muchos de nosotros tenemos dificultades para confiar porque compartimos nuestros secretos más íntimos con alguien en el pasado que más tarde usó este conocimiento contra nosotros. Así que tememos a la intimidad, tememos a la oportunidad de compartir nuestros sentimientos más íntimos.
Esto es particularmente cierto para los hombres que cuando eran niños no tuvieron modelos del papel masculino que han observado que compartir los sentimientos se interpretaba, falsamente, como debilidad. Así que la idea de compartir los sentimientos más íntimos con otras personas los hizo temer al rechazo.
El ego expresa esto diciendo; " Si la gente descubriera quién eres realmente, te rechazaría ".
Otra manera de considerar la intimidad es que alguien " vea nuestro interior " . Pero la parte de nosotros que tiene miedo al rechazo tiene un disfraz para evitar que otra persona nos vea como somos. Nos convencemos de que si no nos protegemos de esa manera, la gente descubrirá cómo somos en compañía, sin embargo nuestra ligazón con el miedo nos protege de lo que más deseamos.
Para tener intimidad, necesitamos no asignar valores al miedo y a la culpa, y necesitamos desprendernos de la ligazón que tenemos con esas ilusiones. El miedo proviene de nuestras propias percepciones de que somos culpables de haber hecho cosas terribles en el pasado y que merecemos el rechazo. Estas percepciones nos hacen creer que no merecemos amor. Entonces proyectamos esta creencia en el mundo exterior y recibimos exactamente lo que proyectamos terminando con el sentimiento de que somos víctimas de nuestras relaciones.
El ego hará todo lo posible para que temamos el amor y para impedir que nos perdonemos, que nos amemos, que aceptemos el amor y que demos amor para los demás.
Necesitamos confiar en el amor, no en el miedo. El perdón para nosotros y los demás es el primer paso para abandonar el miedo al rechazo y el miedo al amor y la intimidad.
LA CONFIANZA
Al trabajar con miles de personas que tienen problemas en sus relaciones, encontramos que la primera queja es la falta de confianza en la otra persona. Se pone en peligro cualquier relación cuando se ocultan los hechos de nuestras vida referentes al dinero, la infidelidad, etcétera. La desconfianza no proviene so lamente del comportamiento de la otra persona en la relación. Más bien surge de proyectar nuestros propios sentimientos de duda y desconfianza en el mundo.
A menos que una relación se base en la honestidad y la confianza, se producirá un ciclo interminable, de un conflicto a otro. La honestidad es tener integridad y consistencia en todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
Hay una alta cantidad de divorcios en las relaciones en las que reina la desconfianza. Incluso después de la ruptura, muchas de esas relaciones permanecen no curadas. En demasiados divorcios continúa durante años lo imperdonable, a veces durante toda la vida, y esto afecta las relaciones de las dos personas. Cuando no se perdonan lo ocurrido en las relaciones del pasado, las nuevas relaciones estarán llevas de desconfianza.
No crearemos relaciones positivas, las que se basan enteramente en el amor, hasta que curemos las relaciones del pasado.
Para aprender a confiar, necesitamos aprender a abandonar las inversiones emocionales que aún tenemos en un pasado doloroso.
Confiaremos en el presente solamente cuando perdonemos el pasado.Significa abandonar las percepciones que aprendimos temprano en la vida. Por ejemplo, significa desear no escuchar más la voz del ego que nos dice que nunca perdonaremos ni olvidaremos las viejas heridas porque la historia seguramente se repetirá y volverán a lastimarnos.
La confianza significa mirar más allá del cuerpo físico y de los disfraces que la gente usa. Realmente no confiaremos en los "cuerpos" ^porque estos vienen y van. Solamente creeremos en lo invariable, significa confiar en la esencia espiritual que es la identidad verdadera de cada uno. La confianza significa elegir la luz del amor y la inocencia de un niño en los ojos de cada una de las personas que conocemos, en las que pensamos, o encontramos en la vida cotidiana.
Piense por un momento en un bebé, ¿ Hay algo en él que usted no perdonaría o que le haría pensar en la conducta pasada del niño y usarla en su contra ? Creemos que no.
Más que concentrarse en el cuerpo de la otra persona y en su conducta, aprendemos a confiar en la inocencia, la esencia espiritual de cada ser.
Nunca se destaca lo suficiente lo difícil que es crear relaciones positivas, basadas en el amor, las que son completamente amorosas, hasta que curemos la desconfianza que sentíamos en el pasado. Si usted quiere aprender a confiar en el presente, debe abandonar las percepciones negativas del pasado.
Basemos nuestra confianza en las verdades eternas en lugar de apoyarnos en las experiencias dolorosas del pasado.
Creemos nuestra confianza en la esencia espiritual que expresa cada persona más que en algo que pensamos que esta persona debe hacer para ganar nuestro amor y confianza.
La confianza no es lo que veamos u oímos sino lo que sabemos o creemos que es verdad.Hay un niño asustado dentro de cada uno de nosotros que suele expresarse en el adulto agresivo y enfadado . . . No basemos nuestra confianza en lo que los ojos nos dicen de la conducta de otras personas, elijamos ver la luz resplandeciente de la inocencia y el amor como su verdadera identidad y la nuestra.
ELEGIR LA FELICIDAD
¿ Puede elegirse la felicidad en un mundo que con frecuencia parece tan loco e injusto ? La respuesta es . . . por supuesto! La felicidad es el estado natural de nuestra mente. Pero el ego crea la ilusión de que lo opuesto es la verdad.El ego hace esto alentándonos a buscar la felicidad fuera de nosotros, por más que la busquemos con decisión no encontraríamos la felicidad duradera en el mundo exterior.
Es una regla empírica; sentirnos desgraciados es elegir el camino equivocado. Nuestra infelicidad significa que obedecer al ego que nos dice que la felicidad se encuentra cuando " se logra " algo; un coche nuevo, una nueva relación, unas vacaciones o una multitud de cosas que ofrece el mundo exterior. Cuando creemos, como el ego nos dice, que encontraremos la felicidad al conseguir estas cosas y no las conseguimos, nos parece que la felicidad no está a nuestro alcance.
La felicidad es una decisión y una elección interior y no tiene nada que ver con los acontecimientos que tienen lugar en el mundo exterior. Quizás la forma más alta de felicidad y alegría la recibimos mediante el acto de dar amor y de ayudar a otra persona en el camino de la vida, recordando otra vez que dar es recibir.
Nuestro ego piensa que la felicidad es conseguir lo que deseamos, una bicicleta o un coche. Pero la felicidad que se basa en conseguir, no es dar, no es permanente.
Gerald G. Jampolsky
Diane V. Cirincione
AMAR ES LA RESPUESTA
Cap. 5
Encontrar la paz, el amor y la felicidad
dentro de nosotros
Karla Gerard - 10 houses 4 trees and fronds |
Nuestras percepciones del pasado se convierten en proyecciones del presente si abandonamos nuestro centro en el presente y nos deslizamos en el dolor y el miedo que rodearon a aun asunto del pasado que no hemos resuelto aún. Es raro que nos demos cuenta en el momento en que esto sucede, y el pasado horrible y negativo parece ocurrir ahora. En realidad, todos nos enfrentamos con el presente. ¡ Piense en ello ! ¿ Alguna vez no ha sobrevivido al presente ?
Nuestras mentes y nuestras relaciones se convierten en rehenes del pasado cuando proyectamos el dolor y el conflicto de viejas relaciones al presente. Hasta que somos conscientes del presente, del presente, nuestras relaciones pueden oscurecerse con las nubes negras de las cosas no resueltas del ayer.
Cada vez que nos encontramos perturbados, es casi seguro que la fuente real del conflicto está o en el pasado o en nuestros miedos del futuro, pero decididamente no en el presente. La mente inconsciente tiene muchas maneras para convencernos de que nuestro presente perturbado nada tiene que ver con el pasado.
Recuerde que lo ocurrido hace cinco o diez minutos, está ahora en el pasado. Cada vez que usted se encuentra en un pasado de inquietud, deténgase y formúlese la pregunta siguiente; " ¿ Sucede ahora lo que me altera o se trata de un momento del pasado ? ¿ Proyecto mis temores hacia el futuro ? ".
La mente proyecta las viejas películas una y otra vez. Los viejos dramas se repitan y nuestras vidas empiezan a parecerse a una serie de repeticiones. La mente dividida nos oculta la verdad; que la fuente de nuestro conflicto es un asunto no resuelto del pasado y que el pasado nada tiene que ver con el presente.
Si cada día reconocemos y decidimos resolver los asuntos no terminados del pasado, nos ayudará a liberarnos y a poder vivir en el presente.
EL MIEDO AL AMOR Y A LA INTIMIDAD
Resulta difícil pensar que tengamos lo que deseamos. Pero para muchos de nosotros el miedo mayor es el amor y la intimidad. Esto ocurre porque se nos hirió en el pasado y sentimos que debemos hacer todo lo posible por evitar que vuelvan a herirnos. Solemos sentir que no somos dignos de amor y, por miedo al rechazo, hasta podemos crear una actitud de indiferencia que aleja a las personas, así no tenemos que correr el riesgo de ser rechazados.
Cuando nos sentimos solos y sin relaciones íntimas, nos convecemos de que el mundo es un lugar injusto. Estos sentimientos se volverán particularmente intensos cada vez que veamos a otras personas abrazándose, besándose y acompañándose.. Cuando nuestro resentimiento o enfado crece, enviaremos mensajes negativos que alejan más aún a la gente. A veces, aunque no sea nuestra intención, la energía que creamos a nuestro alrededor dice: " ¡ No se acerquen ! ".
Aunque sintamos la necesidad de proximidad e intimidad.
En muchos de nosotros el miedo a la intimidad comenzó en la infancia. Muchas de las experiencias de la infancia están alteradas en la memoria y nos dicen que solamente nos amarán si nos desenvolvemos bien. Como tememos ser juzgados negativamente, tememos arriesgarnos en el intercambio social. Sentimos que nos faltan las palabras, o, al tener la sensación de no ser aptos, deseamos no relacionarnos mucho con otras personas porque tenemos miedo que tarde o temprano esto conduzca a relaciones sexuales y se juzgue negativamente nuestra conducta.
Muchos de nosotros tenemos dificultades para confiar porque compartimos nuestros secretos más íntimos con alguien en el pasado que más tarde usó este conocimiento contra nosotros. Así que tememos a la intimidad, tememos a la oportunidad de compartir nuestros sentimientos más íntimos.
Esto es particularmente cierto para los hombres que cuando eran niños no tuvieron modelos del papel masculino que han observado que compartir los sentimientos se interpretaba, falsamente, como debilidad. Así que la idea de compartir los sentimientos más íntimos con otras personas los hizo temer al rechazo.
El ego expresa esto diciendo; " Si la gente descubriera quién eres realmente, te rechazaría ".
Otra manera de considerar la intimidad es que alguien " vea nuestro interior " . Pero la parte de nosotros que tiene miedo al rechazo tiene un disfraz para evitar que otra persona nos vea como somos. Nos convencemos de que si no nos protegemos de esa manera, la gente descubrirá cómo somos en compañía, sin embargo nuestra ligazón con el miedo nos protege de lo que más deseamos.
Para tener intimidad, necesitamos no asignar valores al miedo y a la culpa, y necesitamos desprendernos de la ligazón que tenemos con esas ilusiones. El miedo proviene de nuestras propias percepciones de que somos culpables de haber hecho cosas terribles en el pasado y que merecemos el rechazo. Estas percepciones nos hacen creer que no merecemos amor. Entonces proyectamos esta creencia en el mundo exterior y recibimos exactamente lo que proyectamos terminando con el sentimiento de que somos víctimas de nuestras relaciones.
El ego hará todo lo posible para que temamos el amor y para impedir que nos perdonemos, que nos amemos, que aceptemos el amor y que demos amor para los demás.
Necesitamos confiar en el amor, no en el miedo. El perdón para nosotros y los demás es el primer paso para abandonar el miedo al rechazo y el miedo al amor y la intimidad.
LA CONFIANZA
Al trabajar con miles de personas que tienen problemas en sus relaciones, encontramos que la primera queja es la falta de confianza en la otra persona. Se pone en peligro cualquier relación cuando se ocultan los hechos de nuestras vida referentes al dinero, la infidelidad, etcétera. La desconfianza no proviene so lamente del comportamiento de la otra persona en la relación. Más bien surge de proyectar nuestros propios sentimientos de duda y desconfianza en el mundo.
Karla Gerard- Houses birds and a swirl tree |
Hay una alta cantidad de divorcios en las relaciones en las que reina la desconfianza. Incluso después de la ruptura, muchas de esas relaciones permanecen no curadas. En demasiados divorcios continúa durante años lo imperdonable, a veces durante toda la vida, y esto afecta las relaciones de las dos personas. Cuando no se perdonan lo ocurrido en las relaciones del pasado, las nuevas relaciones estarán llevas de desconfianza.
No crearemos relaciones positivas, las que se basan enteramente en el amor, hasta que curemos las relaciones del pasado.
Para aprender a confiar, necesitamos aprender a abandonar las inversiones emocionales que aún tenemos en un pasado doloroso.
Confiaremos en el presente solamente cuando perdonemos el pasado.Significa abandonar las percepciones que aprendimos temprano en la vida. Por ejemplo, significa desear no escuchar más la voz del ego que nos dice que nunca perdonaremos ni olvidaremos las viejas heridas porque la historia seguramente se repetirá y volverán a lastimarnos.
La confianza significa mirar más allá del cuerpo físico y de los disfraces que la gente usa. Realmente no confiaremos en los "cuerpos" ^porque estos vienen y van. Solamente creeremos en lo invariable, significa confiar en la esencia espiritual que es la identidad verdadera de cada uno. La confianza significa elegir la luz del amor y la inocencia de un niño en los ojos de cada una de las personas que conocemos, en las que pensamos, o encontramos en la vida cotidiana.
Piense por un momento en un bebé, ¿ Hay algo en él que usted no perdonaría o que le haría pensar en la conducta pasada del niño y usarla en su contra ? Creemos que no.
Más que concentrarse en el cuerpo de la otra persona y en su conducta, aprendemos a confiar en la inocencia, la esencia espiritual de cada ser.
Nunca se destaca lo suficiente lo difícil que es crear relaciones positivas, basadas en el amor, las que son completamente amorosas, hasta que curemos la desconfianza que sentíamos en el pasado. Si usted quiere aprender a confiar en el presente, debe abandonar las percepciones negativas del pasado.
Basemos nuestra confianza en las verdades eternas en lugar de apoyarnos en las experiencias dolorosas del pasado.
Creemos nuestra confianza en la esencia espiritual que expresa cada persona más que en algo que pensamos que esta persona debe hacer para ganar nuestro amor y confianza.
La confianza no es lo que veamos u oímos sino lo que sabemos o creemos que es verdad.Hay un niño asustado dentro de cada uno de nosotros que suele expresarse en el adulto agresivo y enfadado . . . No basemos nuestra confianza en lo que los ojos nos dicen de la conducta de otras personas, elijamos ver la luz resplandeciente de la inocencia y el amor como su verdadera identidad y la nuestra.
ELEGIR LA FELICIDAD
¿ Puede elegirse la felicidad en un mundo que con frecuencia parece tan loco e injusto ? La respuesta es . . . por supuesto! La felicidad es el estado natural de nuestra mente. Pero el ego crea la ilusión de que lo opuesto es la verdad.El ego hace esto alentándonos a buscar la felicidad fuera de nosotros, por más que la busquemos con decisión no encontraríamos la felicidad duradera en el mundo exterior.
Karla Gerard - 3 owls |
La felicidad es una decisión y una elección interior y no tiene nada que ver con los acontecimientos que tienen lugar en el mundo exterior. Quizás la forma más alta de felicidad y alegría la recibimos mediante el acto de dar amor y de ayudar a otra persona en el camino de la vida, recordando otra vez que dar es recibir.
Nuestro ego piensa que la felicidad es conseguir lo que deseamos, una bicicleta o un coche. Pero la felicidad que se basa en conseguir, no es dar, no es permanente.
Gerald G. Jampolsky
Diane V. Cirincione
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