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Nouk Sanchez |
Cuando comenzamos a deshacer el miedo que tiene el ego a Dios, nos encontramos con una gran sorpresa. Tan pronto como empezamos a reconocer nuestra proyección inconsciente y liberarnos del “dios del sufrimiento y de la escasez”, un cambio notable se produce casi inmediatamente.
Una de las cosas que descubrimos, es que el dolor, el sufrimiento y la escasez son puramente invenciones realizadas por el dios inventado por el ego. No son reales, y sin duda no nos pueden poner en peligro una vez que reconocemos y perdonamos las creencias las cuales invitan a la escasez en nuestra experiencia. Cualquier forma de escasez no es parte del Amor que todo lo abarca de Dios. Tampoco lo son la enfermedad, el dolor o el sufrimiento. A través del ego usamos a la escasez para tratar de demostrar que nuestra separación de suministro infinito de Dios es real. Somos la Voluntad de Dios, el Reino de los Cielos, y somos Sus extensiones de Amor Eterno, seamos conscientes de ello o no. No hay carencia en Dios, por lo que no hay carencia en nosotros … a menos que elijamos creer que el ego.
Tenemos todo porque somos todo. Pero no vamos a saber esto, y así “vivir en carne propia” esta experiencia hasta que empecemos a deshacer los bloqueos hacia la conciencia de la presencia del Amor. La escasez, así como la enfermedad, el dolor y el conflicto, es una forma ilusoria de la creencia de que hay algo más que el amor que todo lo abarca de Dios, y que tiene el poder y el dominio sobre la amorosa Voluntad de Dios. La causa de todos estos bloqueos se encuentra en nuestra culpa a la cual no hemos renunciado. La culpa genera miedo, y si no perdonamos el miedo éste se manifiesta como una realidad aparente. Eso es lo que el mundo del ego es, una manifestación del miedo y la culpa la cual no ha sido perdonada.
Un Curso de Milagros es sólo eso, un … Curso (recorrido – camino) … en … MILAGROS. Esto no es una metáfora, es algo literal. Sin embargo, mientras nos negamos a cuestionar los miedos del ego y sus falsas creencias, el “dios del ego” seguirá causándonos mucha confusión y sufrimiento. Los Milagros nos permiten dar a los demás lo que nosotros mismos tenemos. Pero si estamos hipnotizados por el hechizo escasez del ego, erróneamente comenzamos a creer que no tenemos nada que dar. Ese es el plan del ego, demostrar al mundo que la regla de la escasez y la separación son “reales”. Pero, ¿no te parece que el deseo del Espíritu Santo es que tengamos todo, porque sabemos que somos todo.. y Uno? No tiene sentido creer que estamos siendo llamados a “dar”, y sin embargo, que el Espíritu se guardara algo.
“¿Crees que el Espíritu Santo se negaría a darte lo que quiere que tú des? No tienes ningún problema que Él no pueda resolver ofreciéndote un milagro. Los milagros son para ti. Y todo miedo, dificultad o dolor que tengas ya ha sido des-hecho. Él los ha llevado todos ante la luz, al haberlos aceptado por ti y haber reconocido que nunca existieron. No hay ninguna lección tenebrosa que Él no haya iluminado ya por ti.Las lecciones que quieres enseñarte a ti mismo, Él ya las ha corregido. No existen en Su Mente en absoluto.” ~ Un Curso de Milagros, T-14.XI.9 :1-8
¿Y qué crees inconscientemente que mereces?
La escasez proviene de una creencia errónea acerca de nuestro “yo”. Este es el ego y no nuestra verdadera identidad como el Santo Ser. Mientras creamos en la falsa imagen propia, nos ponemos bajo su mandato, y la privación es la base del sistema de pensamiento del ego. Todo lo que el ego cree que se centra en la convicción inconsciente de que está fundamentalmente carente de algo. Por lo tanto, es un pozo sin fondo de falta de cualidades para merecer algo, el cual parece a sabotear sus mejores intenciones. Esto surge de la profunda e inconsciente creencia del ego de haber cometido el pecado más imperdonable imaginado, haber abandonado a Dios y hacer un falso-yo, y un mundo para esconderse de él. Esta es la creencia más oscura y más profunda que tenemos. Y sin embargo, esto es completamente falso. Dios no puede ser traicionado ni abandonado y tampoco podemos haverlo a nosotros mismos, nuestro Santo Ser simplemente Es. El Amor no puede abandonar o ser abandonado. Sólo un pseudo-amor del ego puede soñar con la traición.
Si no creyéramos inconscientemente que traicionamos a Dios, nunca podríamos sentir culpa o miedo y -debido a esto- no podríamos sufrir en modo alguno. Sólo nuestra promesa inconscientemente hecha en favor de la culpa y el miedo hacen que el sufrimiento sea posible. Es por ello que nos parece ver y sentir escasez y sufrimiento, porque realmente creemos que nos lo merecemos. La privación es la única cosa dentro del sueño de la cual siempre estamos tratando de defendernos. El ego esconde de nuestra conciencia este punto tan importante: todo de lo que nos intentamos defender, de forma independiente -separada del Espíritu- en realidad lo atraemos a nuestra experiencia. Nuestra defensa en contra de lo indeseado lo hace “real” en nuestra percepción. Una vez que le hemos dado la condición de “real” -y lo hemos convertido en un oponente- entonces tiene que atacarnos. Esa es la ley del ego. Por eso el perdón es crucial para el deshacimiento del sufrimiento.
A través del ego, parecemos ver y experimentar limitaciones en cuestiones como amor, salud, finanzas, etc… Dentro de este mundo, todo lo que hacemos lo hacemos basándonos en este marco rígido e inconsciente de limitación. El marco en sí, está garantizado por ser un prerrequisito del ego, está respaldado la creencia de que tenemos que evitar a toda costa ser indigentes para no depender de las instrucciones y restricciones severas a fin de sobrevivir. En el mundo del ego, para tener es necesario obtener. Pero esto demanda sacrificio, y esto significa que alguien más va a ser privado de lo que uno obtenga. Cuanto más se tiene, menos tienen otros. Y cuanto más tengan, menos tendrá uno mismo. Esta es la ley del ego. Funciona sobre la base de una oferta limitada de amor, salud, felicidad, dinero o lo que sea que pongamos nuestra atención. Tiene una jerarquía fija de ilusiones para asegurar que permanezcamos completamente distraídos en tratar de cambiar de dirección de un Titanic que se hunde rápidamente. Mientras tanto, sin que tú lo sepas, busca sigilosamente tu muerte.
La ley de la provisión interminable de Dios
Las Leyes del Espíritu Santo están totalmente invertidas con respecto de las del ego. Por debajo de las ilusiones banales del ego de escasez yacen las inmutables leyes de Dios. Reconocemos que dar es recibir, que dar es la manera de mantener lo que valoramos. Dar asegura no perderlo nunca. Esta es la ley de la oferta interminable. Recordemos que “si yo proyecto un juicio sobre otro, estoy consolidando la culpa en mi.” Soy -en efecto- quien conserva y refuerza el sentimiento de culpa que había intentado quitarme tirándolo encima de otro. Es por eso que las proyecciones, literalmente, nos matan. El mismo principio aplica cuando doy Amor, o cualquiera de sus expresiones. Lo que yo doy, lo doy siempre a mí mismo. Sobre todo, si lo doy sin condiciones ni expectativas secretas de aprobación. Si doy sin expectativa alguna, no doy, sino que recibo. Lo que realmente doy desde el ego, es separación o ataque. Sin embargo, para dar desde el ego, debo de haber creído en la separación inicialmente en espera de obtener la aprobación del exterior.
Cuando empezamos a cuestionar conscientemente las leyes del ego -y practicamos el proceso del Verdadero Perdón / Expiación- un cambio verdaderamente milagroso ocurre. Nos enteramos de que es seguro confiar en nuestro Santo Ser, que una vez que los bloqueos comienzan a derrumbarse, descubrimos una gran cantidad de Abundancia Interior. Es a partir de este Ser Abundante y Eterno que la Abundancia Verdadera se reconoce y, naturalmente, se extiende Como estamos dispuestos a liberar nuestras creencias y juicios, nos encontramos con que no estamos solos, que el Espíritu Santo como nuestro Ser, está presente y que nuestro trabajo no es para tratar de controlar nuestro cuerpo, las relaciones o las finanzas, sino liberarnos de todos los juicios, creencias y limitaciones que pensábamos que nos protegían anteriormente. Su único propósito era salvaguardar al ego, al mismo tiempo que nos bloqueaba el acceso a la verdadera fuente de Amor, Abundancia Interna.
Cuando nos preocupamos y tratamos de controlar el mundo, abandonamos nuestro Yo Verdadero. Es como si no hubiera nadie “en casa.” Y nos vamos a sentir confundidos y perdidos. La presencia del miedo es una señal segura de que hemos rechazado el Amor de Dios en favor de miedo. Esta sensación de aislamiento y abandono es entonces proyectada hacia fuera, hacia a los demás, el cuerpo o las finanzas, bajo al forma de escasez. Pero, no pudimos comenzar a experimentar escasez a menos que primero abandonáramos nuestro Yo de alguna manera. Todo ataque es siempre auto-ataque. Por eso es de gran utilidad hacer una auto-indagación radical en todas las áreas que en las que somos deshonestos con uno mismo, ya sea cuerpo, imagen, salud, finanzas, relaciones, trabajo, o lo que sea. Todas esas son áreas en las que nos sacrificamos, nos conformamos con menos, o cedemos porque le tememos a la pérdida o cambio. Mientras todos esos temores sigan siendo escondidos de nuestra atención por el ego, y no sean disueltos abiertamente ante la Luz el Espíritu, volverán como pérdida o escasez de alguna forma, sin importar lo mucho que tratemos de controlar el mundo a través del sistema de pensamiento de ego.
A pesar de la forma que el sufrimiento tome, siempre hay una sola causa -nuestra sensación de estar separados de Dios y de nuestro Santo Ser. Si tan sólo supiéramos que nuestro Yo nunca puede ser abandonado -ni nadie más, porque compartimos el mismo Espíritu. Descansando en esta Verdad, nunca podríamos sufrir escasez. Toda abundancia viene de adentro, sin embargo, a fin de reclamarla como propia, primero debemos estar presentes -conscientes- tanto como sea posible. No puede haber abundancia real hasta que estemos dispuestos a descubrir las mentiras del ego y, -de todo corazón- recibir el Amor que buscamos … Desde adentro.
Cuando empezamos a desenterrar las falsas creencias del ego y nos damos cuenta cuán extensamente nos hemos traicionado a nosotros mismos en el nombre del miedo, puede llegar a ser bastante doloroso. A medida que vamos retirando la culpa y el juicio depositado en el exterior, el ego a menudo se vuelve contra sí mismo, en forma de auto-juicio. No hay diferencia entre juzgar a otros y dedicarse a juzgarse a sí mismo. Todo juicio es un ataque y todo juicio acumula culpa. La solución es estar conscientemente presentes y prestar atención a cuando se requiere una revisión mental o emocional a nivel interno. La clave está en mantenerse consciente -libre de todo juicio- y pedir asistencia al Espíritu en las áreas que desea sanar. El Espíritu, el Santo Ser, siempre está ahí, en cualquier Instante Santo en el que se retira el juicio, y se permanece en el momento presente.
Es posible que no haya nada que se pueda hacer prácticamente en el mundo 3-D para cambiar algo. Ese no es el punto. Aunque que no se puedan cambiar las cosas en el nivel de la forma, sí podemos permanecer conscientes -con el Espíritu- mientras se expresa una nueva prioridad: invitar al Espíritu para ayudarnos a sanar nuestra percepción de escasez. La clave está en practicar el Perdón / proceso de Expiación, en esas áreas que se desean sanar. Esta es la acción más poderosa que jamás podría realizar, ya que se está operando en el nivel de “causa”, y no sólo al nivel del “efecto”, donde nada realmente sana en absoluto.
Reclamando nuestra abundancia en el Espíritu
Permítanme compartir con ustedes un ejemplo práctico de un caso de escasez para algunos. Hemos sido profundamente inspirados a presentar un Retiro en Israel, durante la Pascua 2014. Vamos a tener 5 días de retiro en un hermoso monasterio en Ein Karem, que está enclavado en las colinas del suroeste de Jerusalén, el lugar de nacimiento de Juan el Bautista. Esta será un retiro el en cual experimentaremos una enorme transformación. Todo esto es parte de una experiencia de 12 días en Tierra Santa, completo con 7 días de visitas guiadas a algunos lugares sagrados bastante sorprendentes.
Hay muchas personas de todo el mundo, que se sienten llamados fuertemente a unirse a nosotros en este viaje a Israel. Algunos parecen tener los recursos necesarios, mientras que otros parecen sufrir la falta de fondos. Desde mi propia experiencia, voy a compartir lo que he aprendido acerca de reclamar nuestra autenticidad, y por lo tanto nuestra abundancia en el Espíritu.
En el pasado, cuando una oportunidad de aprendizaje se presentaba, como este viaje a Israel, solía experimentar dos reacciones simultáneas y claramente opuestas. La primera sería la auténtica delicia y una confirmación interior muy sentida de haber sido llamada por Dios a participar en este viaje. Y la segunda, sería censura inmediata del ego o el rechazo de mi entusiasmo con motivos aparentemente prácticos por las que no podría ir. “No tienes el dinero! Ni puedes obtener un préstamo. ¿Qué pasa con tus responsabilidades? Tu socio? Tus niños, los animales domésticos? Eres tan egoísta! “
Este conflicto interno continuaría hasta que finalmente me resignara a simplemente aceptar los estrechos límites del ego, sus reglas y el veredicto final. Refutar esto sería demasiado doloroso, por lo que simplemente me pondría en espera una y otra vez. A pesar de todo, seguiría edificando resentimiento y sentimientos tanto de victimización como de envidia, sobre todo al observar a otros proseguir su camino de la felicidad. No es sino hasta que el dolor se vuelve insoportable que habitualmente recurrimos al Espíritu en nuestro interior para curar la causa fundamental de todo nuestro sufrimiento … el sistema de pensamiento del ego.
Eso es lo que hacemos en el sueño del ego. Hasta que el dolor de la separación se vuelve insoportable, seguimos permitiendo que el ego de dicte lo que cree que merecemos. El grado de culpabilidad no ha renunciado, y lo atesoramos. Determina el grado en que nos vamos a sentir escasos, y qué tan profundamente vamos a estar subyugados en su reinado de privación. Todo el sistema de pensamiento del ego intenta separarnos de nuestro Santo Ser y la fuente inagotable del Espíritu. Está obsesionado con los esfuerzos para restringir la alegría y limitar severamente la abundancia, mientras demanda la culpa. Al mismo tiempo, en una compulsión insana trata de inhibir, regular, frenar y retener nuestra guía interior natural y su flujo. En pocas palabras, el ego es lo opuesto a la confianza en nuestro propio guía interior.
Los Milagros son nuestra herencia
Se accede a La Verdadera Abundancia cuando damos prioridad a escuchar nuestra Voz Interior, el Espíritu mismo. Pero para muchos, el Espíritu se esconde detrás de un pesado manto de temor, reglas, leyes, obligaciones, expectativas y dudas. ¿Cómo en el mundo podemos esperar orientación clara, mientras continuamos oyendo la voz del ego en lugar de la del Espíritu? Cuando experimentamos confianza nos liberamos de las reglas del ego, leyes y limitaciones, todas basadas en el miedo y la privación. En su lugar, nuestra Visión Interior es prioritaria y confiamos en ella.
Si la guía interna es ir a Israel, o quizá lograr cualquier deseo es verdadero, entonces el Cielo y la Tierra se mueven para adaptarse a la voluntad de Dios, porque vuestro Santo Ser es la Voluntad de Dios! La escasez es la defensa del yo contra la Voluntad de Dios. Así que si estás del lado de la escasez y la colocas como prioridad -por encima de la Voluntad de la oferta infinita de Dios (perfecta felicidad)- ésta se manifestará tal cual lo solicitas. Recordemos que si bien elegimos la voluntad del ego, es tan poderosa como la Voluntad de Dios aquí en el sueño. Y la voluntad de Dios no significa nada para nosotros mientras nos decidimos a sufrir bajo el reinado del ego.
¿Realmente se puede creer que la proyección del ego de falta de fondos podría superar la Voluntad de Dios, si la bendición más elevada es seguir su guía interna? El Milagro es un cambio en la percepción. Un cambio del miedo al Amor. Podemos romper el ciclo de la escasez del ego al atrevernos a mirar con el Espíritu en todas y cada una de las formas en las que hemos comprado -sin saberlo- ser víctima de él.
Si el deseo de abrirnos a la abundancia del Espíritu es real, entonces es inevitable examinar algunas percepciones erróneas clave. Es decir, ¿dónde has colocado erróneamente la causa de tu escasez? Bien pueden ser tus obligaciones financieras, familia, trabajo, flujo de ingresos, la economía, etc … Si se cree en estas causas ficticias, no se puede acceder a la causa real (culpa) y de todo corazón cambiarlo por el Milagro. Estos son solo efectos de tu creencia en la escasez. A pesar de su apariencia de ser reales, no son la causa. La causa real y única que siempre es la culpa inconsciente disfrazada de privación. Una vez que se acepta esto, y se puede acceder a la causa real -que es la percepción bajo la perspectiva del Espíritu- se es libre de sanar a través del Milagro.
“El poder de Dios, no el tuyo, es el que engendra los milagros. El milagro en sí no hace sino dar testimonio de que el poder de Dios se encuentra dentro de ti… El poder de Dios es ilimitado. Y al ser siempre máximo, ofrece todo a cualquiera que se lo pida. No hay grados de dificultad en esto. A una petición de ayuda se le presta ayuda.” T-14.X.6 :9-10, 12-15
El Milagro lo cura todo. Cuando estamos dispuestos a soltar y liberar nuestra jerarquía de ilusiones, ¿adivinen qué? De repente hay un espacio abierto dentro de nosotros, que ahora es lo suficientemente grande como para aceptar y recibir suministro infinito del Espíritu, de la abundancia. Y cuando verdaderamente estamos abiertos a recibir, somos el reflejo del único Amor y la inocencia del mundo … Porque no hay grados de dificultad en los Milagros. Nos convertimos en un faro de luz para demostrar a todos que sólo el Amor es real, y que ellos son Amor. Mostramos al mundo que la culpa, el miedo y la escasez, no son una parte de Dios. Por lo tanto, no son reales.
“Obrar milagros es lo único que puedes hacer que transciende la idea de grados de dificultad, pues los milagros no están basados en diferencias sino en la igualdad” T-14.X.2: 7 “Los milagros no compiten entre sí, y el número de milagros que puedes obrar es ilimitado. Pueden ser legión y a la vez simultáneos. Esto no es difícil de entender una vez que concibes que son posibles. Lo que más cuesta entender es que la falta de grados de dificultad que caracteriza al milagro es algo que tiene que proceder de otra parte y no de aquí. Desde el punto de vista del mundo, eso es imposible.” T-14.X.3
(Transcripción con el debido permiso de Nouk Sanchez desde http://www.oops-online.com/superando-la-escasez-de-una-vez-por-todas-nouk-sanchez-un-curso-de-milagros-ucdm/ )