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Salvador Dalí - Barco de mariposas - |
En presencia de Dios
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Este mundo que entre todos nutrimos con celos, resentimientos y odios; este mundo con sustento en el ataque, castigo y dolor; este mundo es, en última instancia, ese velo que cubre la faz de Cristo porque el propósito de este mundo es mantenernos separados de todos nuestros hermanos.
No olvides que una sola sombra que se interponga entre tu hermano
y tú, nubla la faz de Cristo y el recuerdo de Dios.
Una sola sombra.
Una sola.
Una.
Pensemos durante un instante en esa persona que nos disgusta profundamente, y que en verdad preferiríamos no haber conocido.
Esa persona,ese extraño es temible porque mi interpretación es temible.
De alguna forma debemos defender nuestras convicciones, creencias y dogmas. Y ese extraño debe ser atacado sólo para que sigamos fortaleciendo la imagen que de nosotros mismos hemos construido.
No obstante, esa persona es mi hermano y son suyas las manos que me ofrecen el Cielo.
Pensé - sólo durante un instante pensé - que esa persona era responsable de todos los fracasos, adversidades y padecimientos que vagaban conmigo.
Sin embargo, no fue sino mía la decisión de cubrir su hermosa faz con un velo que negara su Esencia gloriosa.
Cuando estuve lista, cuando pude tomarme de la mano de la Inocencia y contemplar a esa persona verdaderamente,mi corazón saltó de alegría.
Algunos , gustosamente han aceptado desempeñar un rol indeseable, perverso, vil y miserable en mi vida. Y lo han hecho - y seguirán haciéndolo - todo el tiempo que sea necesario.
Otros, gustosamente han aceptado desempeñar un rol estimable, intachable, noble y honrado en mi vida. Y así lo han hecho - y también lo seguirán haciendo - todo el tiempo que sea necesario.
Meditemos con sumo cuidado cómo vamos a contemplar a estas personas ya que tal como las consideremos, así será el regalo que nos traen.
No podemos dar sino aquello que hemos recibido.
Y recibiremos aquello que queremos
Y frente a la decisión de nuestra voluntad, no hay poder en el Universo que interfiera.
Las bondades del Cielo se nos conceden para que podamos darlas y así recibirlas en verdad.
Antes de juzgar a una persona por no ser lo que esperamos que sea,recordemos quién es.
Antes de juzgarnos por la miríada de faltas, errores y defectos, recordemos quiénes somos.
EL LIBRO DE LOS MILAGROS
Capítulo 3
Entre Obstáculos, Olvidos y Oraciones
PATRICIA BESADA